Tiempo atrás, estas aves eran habituales en la zona pero desaparecieron del entorno hace más de 20 años, desde cuando no ha vuelto a haber avistamientos. El proyecto que trabajará por su recuperación tendrá una duración aproximada de 5 años, hasta que se consolide una población estable de lechuzas.
Esta iniciativa se llevará a cabo a través de la técnica ‘hacking’, que consiste en colocar polluelos en nidos artificiales, con una edad a la que el pájaro ya se ha desarrollado identificándose con su especie pero aún no puede volar. Adicionalmente, las crías deben ser capaces de termorregular y de alimentarse por sí mismas. Diariamente se suministra en el nido suficiente cantidad de alimento de forma que los polluelos no se percaten de la presencia humana.
Las pequeñas lechuzas quedarán fijadas en el entorno donde se ubique el nido como si de su lugar de nacimiento se tratase. Llegado el momento darán su primer vuelo, familiarizándose con el lugar y volviendo al nido para descansar y comer. A medida que vayan pasando los días se irá reduciendo el aporte de comida para motivar al animal a cazar por sí mismo hasta que sea completamente autosuficiente y no precise de una aportación adicional de alimento.
La ubicación de los nidos no se hará pública para evitar la interacción humana. El próximo sábado 27 de enero se organizará en el municipio una charla informativa en la que se explicará el proyecto a los vecinos.
La lechuza común es una rapaz nocturna mediana; mide de 33 a 35 cm de longitud y sus alas poseen una envergadura de 80 a 95 cm, con un peso medio para los adultos de 350 gramos y sin diferencia aparente entre sexos. Se alimentan principalmente de pequeños roedores, aunque también cazan pequeños pájaros, insectos y, en menor medida, anfibios y reptiles.
El proyecto de reintroducción de la lechuza común en Alpandeire es una iniciativa organizada por la asociación RASTREA, el Grupo Micológico Havaral y el colectivo GREFA con la colaboración del Ayuntamiento de Alpandeire, Alonso Sánchez y MB Decoración.
