Cultura y Sociedad

Miércoles Santo: La borrasca también deja en sus templos a La Columna y a El Silencio

El mal tiempo sigue castigando a las hermandades rondeñas esta Semana Santa

El trono del Silencio fue mecido en la colegiata de Santa María.

Hoy tampoco ha podido ser, la borrasca que nos acompaña durante los últimos días, que esta tarde y noche además ha venido acompañada por fuertes rachas de viento, ha impedido que las hermandades de La Columna, en la barriada de San Cristóbal, y El Silencio, en la colegiata de Santa María la Mayor, hayan podido realizar sus estaciones de penitencia.

A las 20,15 horas, en el interior de San Cristóbal, la Junta de Gobierno de La Columna comunicaba a sus hermanos que llovía en la calle y que por consiguiente no se podía salir. Ya todo el mundo se lo imaginaba y por ello todos rompieron en aplausos para arropar esta difícil pero justificada decisión. «Ahora toca ponernos a trabajar para el 2025, cuando nuestra Hermandad cumple su 75 aniversario y será un año grande para todos nosotros», dijo desde el micrófono el hermano mayor, Diego Sánchez.

En el templo estaban los nazarenos, las autoridades, numerosas damas de mantilla, todos se resignaron y poco a poco fueron abandonando la iglesia, mientras que muchos se acercaban hasta el tinglado exterior para lanzar una última oración al Señor de La Columna y a la Virgen de la Esperanza que se encontraban rodeados de flores en sus tronos.

El Silencio hace su estación en Santa María 

Tres horas más tarde, en la plaza Duquesa de Parcent seguía el mal tiempo, pero ello no impidió que los hermanos del Cristo de la Sangre y Nuestra Señora del Mayor Dolor acudiesen con sus rojas túnicas a Santa María.

El Silencio, en una noche rota por la lluvia y el viento, y una gran negrura, se tuvo que conformar con realizar su estación de penitencia en el interior del templo, donde su único trono brillaba en la oscuridad, mientras la velas encendidas de los nazarenos invitaban a la oración.

Tras los golpes de rigor se abrieron las puertas de la colegiata y el público que aguardaba en el exterior pudo pasar para contemplar las imágenes del Silencio, mientras la larga fila de nazarenos realizaban la estación de penitencia en el templo y los horquilleros mecía el trono.

Por tanto noche de sentimientos contenidos y oraciones profundas.


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