La consejera de Sostenibilidad y Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, Catalina García, ha inaugurado este jueves en Aracena las XV Jornadas Europeas de la Castaña, Eurocastanea 2025, que se celebran hasta el próximo sábado en el Parque Natural Sierra de Aracena y Picos de Aroche. La cita, que llega por primera vez a Andalucía, reúne a más de 200 participantes de distintos países europeos y supone un espacio de diálogo e intercambio de experiencias en torno a este ecosistema forestal y productivo.
En el acto, también han estado presentes el delegado del Gobierno de la Junta en Huelva, José Manuel Correa; el alcalde de Aracena, Manuel Guerra; el director general de Espacios Naturales Protegidos, José Enrique Borrallo; el presidente de la Diputación Provincial de Huelva, David Toscano; el delegado territorial de Agricultura, Pesca, Agua y Desarrollo Rural en la provincia de Huelva, Álvaro Burgos; el delegado territorial de Sostenibilidad y Medio Ambiente, Pedro Yórquez; el presidente de Eurocastanea, Bertrand Guerín; y el responsable de Instituciones de la Caja Rural del Sur, Rafael Peral, entre otras autoridades.
En su intervención, Catalina García ha subrayado que el futuro del castañar andaluz pasa necesariamente por garantizar su rentabilidad económica, de modo que pueda seguir siendo un motor de desarrollo en las comarcas donde está presente. “El castaño es un árbol único en nuestra tierra, con un enorme valor ambiental, cultural y paisajístico, aunque su permanencia depende de que la actividad ligada a él sea viable para quienes lo trabajan. Si el castañar no resulta rentable, difícilmente tendrá futuro”, ha señalado.
La consejera ha recordado que el castañar andaluz ocupa unas 12.000 hectáreas, de las que más de 5.000 se concentran en la Sierra de Aracena y Picos de Aroche, en Huelva, y otras 5.600 en la Serranía de Ronda y el Valle del Genal, en Málaga. Se trata de masas centenarias, de 300 y 400 años, que forman parte del patrimonio natural y cultural de sus comarcas, estrechamente ligadas a la identidad de sus habitantes.
“La rentabilidad de este aprovechamiento forestal es la condición imprescindible para que el sector se mantenga vivo. Y ahí es donde la Junta de Andalucía tiene un papel clave, acompañando al sector con medidas de apoyo, con investigación y con políticas que aseguren que los castañicultores encuentran un aliciente para seguir trabajando sus fincas”, ha indicado.
La titular de Sostenibilidad y Medio Ambiente ha explicado que la dualidad del castaño es un valor que lo convierte en un ejemplo de desarrollo sostenible: “El castaño, como árbol, crea un ecosistema maduro, biodiverso y único. Y a la vez, su fruto tiene una importancia extraordinaria para la actividad económica y social de los territorios. Esa compatibilidad entre lo ambiental y lo humano es lo que lo hace tan valioso para Andalucía”.
Producción en Andalucía: más de 7.000 toneladas anuales
En Andalucía, la producción de castañas se concentra mayoritariamente en Huelva y Málaga. En la primera, la media anual se sitúa entre 1 y 2 millones de kilos, mientras que en la segunda alcanza los 4,4 millones. “Solo entre estas dos provincias hablamos de más de 6.400 toneladas, y si añadimos las casi 2.000 hectáreas de Sevilla, Granada y Almería, la producción supera las 7.000 toneladas anuales”, ha detallado la consejera.
Según datos de la Consejería de Sostenibilidad y Medio Ambiente, en 2023 se obtuvieron 30,20 toneladas de castañas como aprovechamiento forestal en montes públicos de la provincia de Málaga, el único territorio andaluz donde existen masas de castañar en propiedad pública. Este hecho pone de relieve el carácter eminentemente privado de las explotaciones y la importancia del minifundio en la estructura productiva del sector.
Además de su peso en la economía rural, la castaña andaluza mantiene una clara proyección exterior. En 2024, Andalucía exportó 2.320.486,26 kilos de castaña e importó 652.916,40 kilos, lo que arroja un saldo comercial positivo de 1.667.569,86 kilos. Las partidas andaluzas se destinan principalmente a Francia, Italia, Portugal, Alemania y Reino Unido, mercados que valoran la calidad del fruto y favorecen la estabilidad de precios. Este dinamismo exterior refuerza la necesidad de fortalecer la organización del sector, la logística y la transformación para capturar mayor valor añadido.
Catalina García ha destacado que, aunque Andalucía ocupa el cuarto lugar en el ranking nacional de comunidades productoras, “nuestra castaña cuenta con variedades autóctonas de enorme interés, como la Pilonga en Málaga o la Comisaria en Huelva, que aportan singularidad a un producto muy apreciado tanto en el mercado nacional como en el internacional”.
La consejera ha señalado que el castañar andaluz está formado en su mayoría por fincas de pequeña superficie, normalmente de entre tres y cinco hectáreas, lo que explica la importancia de este recurso en la economía familiar. “Es precisamente ese modelo de pequeñas explotaciones el que contribuye a fijar población y a mantener vivas nuestras comunidades rurales. La castaña es, en este sentido, economía, desarrollo social y arraigo en el territorio”, ha afirmado.
Un ecosistema con retos de futuro
El castañar andaluz afronta, sin embargo, una serie de dificultades que condicionan su futuro. Entre ellas, la consejera ha mencionado la falta de rentabilidad de algunas explotaciones, el progresivo abandono de fincas, la incidencia de enfermedades como la tinta y el chancro, la amenaza de plagas como la avispilla y, de forma muy marcada, los efectos del cambio climático.
“Los retos son importantes y requieren de soluciones compartidas entre las administraciones y el sector. El abandono del castañar supone la pérdida de una actividad económica, a la vez que implica riesgos ambientales y sociales. Por eso estamos trabajando en varias líneas para apoyar a los productores y garantizar el futuro de este ecosistema”, ha indicado.
Entre las actuaciones, Catalina García ha puesto en valor la redacción del Plan Estratégico del Castañar de la Sierra de Aracena y Picos de Aroche, elaborado con la participación de cooperativas y asociaciones, así como las medidas incluidas en las directrices estratégicas aprobadas en Consejo de Gobierno en 2023.
“Desde la Junta hemos impulsado cursos de formación en gestión forestal del castañar, hemos desarrollado proyectos de investigación sobre variedades resistentes a la tinta y hemos puesto en marcha campañas de lucha biológica contra plagas. Son actuaciones que forman parte de una estrategia común con el sector y que muestran nuestro compromiso con el futuro del castañar”, ha destacado.
Apoyo económico y coordinación entre consejerías
En materia de ayudas, la consejera ha recordado que en 2023 la Consejería de Agricultura aprobó una línea de ayudas de ‘mínimis’ de 400.000 euros para compensar los daños por sequía, que beneficiaron a 325 productores. Además, se puso en marcha una ayuda agroambiental para el castaño dentro del Plan Estratégico de la PAC, dotada con 3,5 millones de euros para todo el marco, lo que supone 700.000 euros anuales y 419 beneficiarios.
“Estas ayudas son fundamentales para dar un respiro a los productores y para que puedan seguir trabajando con ilusión en sus explotaciones. Sin embargo, no se trata solo de apoyo económico. La clave está en la coordinación, en sumar esfuerzos entre la Consejería de Sostenibilidad y la de Agricultura, para que el castañar se aborde desde todas sus dimensiones: forestal, agraria, ambiental y social”, ha agregado.
La consejera ha insistido en la importancia de la cooperación institucional: “Estamos trabajando de la mano con el sector, con las plataformas del castañar de Huelva y Málaga, con las diputaciones y con los ayuntamientos. La defensa del castañar es una tarea colectiva y en Andalucía tenemos la voluntad y la capacidad para hacerlo posible”.
Proyección europea del sector
Catalina García ha subrayado que Andalucía forma parte activa de la Red Estatal del Castaño y de Eurocastanea, “un clúster sectorial que aglutina a productores, investigadores y empresas de seis países europeos y que permite trasladar la voz del sector a los centros de decisión en Bruselas”. “Este encuentro en Aracena es una magnífica ocasión para demostrar que el castañar andaluz está vivo, que tiene un enorme potencial y que queremos hacerlo valer dentro y fuera de nuestras fronteras”, ha afirmado la consejera.
Además de su papel productivo, el castañar andaluz tiene un fuerte componente cultural y turístico. En el Parque Natural Sierra de Aracena y Picos de Aroche, su paisaje se ha convertido en un emblema identitario de la comarca, generando atractivos ligados al senderismo, el agroturismo, la gastronomía o las tradiciones locales. “El castañar es parte inseparable de la vida serrana. Representa historia, cultura, gastronomía y también oportunidades para el turismo sostenible. Por eso es tan importante mantenerlo vivo, porque hablar del castañar es hablar del alma de estas tierras”, ha dicho la consejera.