Hace unos días se ha iniciado la temporada de recolección de la castaña en determinadas zonas del Valle del Genal con la recogida de las variedades más tempranas. El volumen de producción mejorará respecto a las últimas campañas y la calidad del fruto es muy buena. La comarca encadenaba varios años consecutivos de volúmenes muy discretos de cosechas.
Según ha explicado Cati Chicón, presidenta de la cooperativa de 2º grado ‘Valle del Genal’, que recepciona castañas de productores de Pujerra y Jubrique, “esta temporada la cosecha será aceptable, no tan mala como los últimos años ya que, siendo optimistas, esperamos llegar a los 400.000 kilos.” Esta cifra mejora respecto a 2024, cuando se recogieron 180.000, y a 2023, que con sólo 72.000 kilos es una de las peores cosechas que se recuerdan. Con todo ello, es necesario tener en cuenta que en una buena temporada esta cooperativa suele alcanzar el millón de kilos. Según Chicón, la producción no termina de ser buena debido a que, pese a que las abundantes lluvias de finales de invierno y principios de primavera fueron beneficiosas, las altas temperaturas se están prolongando durante el mes de septiembre, a lo que hay que sumar la merma que suponen desde hace unos años la avispilla del castaño, la tinta y el chancro.
En Jubrique la campaña se inició con la recolección de castañas de variedad agosteña. En cambio, en Pujerra, los trabajos comenzaron hace unos días con la cosecha de las variedades gallega y portuguesa.
En cuanto al proceso que siguen las castañas desde su recolección hasta su comercialización y distribución, en primer lugar los productores llevan sus castañas a las cooperativas de primer grado de Pujerra y de Jubrique, donde se hace un precalibrado del fruto. A continuación, en la cooperativa de 2º grado se lleva a cabo la esterilización, el calibrado por tamaño y se introducen las castañas en una cámara. Después los operarios quitan manualmente las castañas que no lleguen en las mejores condiciones y, por último, se envasan según demande el cliente. Posteriormente, la cooperativa se dedica a comercializar el fruto tanto en España como en diferentes países donde es exportado, por ejemplo, Italia, Suiza, Holanda, Portugal, Alemania, Francia o Inglaterra. Se estima que el 50% de castañas se vende en territorio nacional y la otra mitad se envía al extranjero.
Por otro lado, Cati Chicón ha indicado que desde la cooperativa se intentará defender el precio del fruto de forma que, dentro de las posibilidades, sea lo más beneficioso posible para los productores. En este sentido, sería fundamental que los precios no bajen demasiado como en otras ocasiones, con lo que se volvería a correr el riesgo de que los productores no puedan cubrir ni siquiera los gastos de recolección.
Por otro lado, representantes del sector de la castaña en el Valle del Genal han participado del 10 al 14 de septiembre en las XV Jornadas Europeas de la Castaña, que se han celebrado en el municipio onubense de Aracena. El encuentro, organizado por ‘Eurocastanea’, ha estado dirigido a organizaciones, autoridades, institutos, actores locales, agricultores, cooperativas y empresas implicados en la producción, investigación, transformación, promoción y distribución de la castaña.
La conservación de las casi 4.000 hectáreas de castañar que hay en el Valle del Genal es totalmente prioritaria por su incalculable valor medioambiental, paisajístico y económico, ya que numerosas familias del entorno obtienen parte de sus ingresos de la castaña. En este sentido, la preservación y el respeto por los castañares son imprescindibles para el desarrollo socioeconómico de la zona, ya que este sector es un pilar fundamental del valle que fomenta el arraigo de los vecinos en los municipios, contribuyendo así a frenar la despoblación.