Con la entrada del otoño, y con ello con la llegada del mal tiempo, con frío, nieve y lluvia, más que nunca es necesario poner a punto nuestro vehículo para poder circular con seguridad por las carreteras y las calles.
Los neumáticos, los filtros de aire, el aceite del motor, las bujías, las luces, los frenos y otros elementos que hacen funcionar a nuestro coche son fundamentales, por lo que es de vital importancia hacerles una rigurosa revisión.
Pero hay otro elemento esencial que no debemos olvidar: el sistema limpiaparabrisas, ya que ello permitirá que circulemos con la adecuada visión en todo tipo de circunstancias y momentos.
Si llueve con intensidad o cae una nevada y no tenemos este sistema en óptimas condiciones tendremos serios problemas para poder desplazarnos, y si lo hacemos sin la visibilidad adecuada, entonces también estaremos poniendo en riesgo nuestra seguridad y la de las personas que viajan con nosotros.
Debido a que en el mercado existen diferentes modalidades de limpiaparabrisas, y en numerosos casos diseñados para cada modelo de vehículo, es aconsejable ponernos en manos de profesionales que nos recomendarán los más adecuados para cada caso.
No obstante, la acción de cambiar nuestro limpiaparabrisas, con los conocimientos adecuados, también podemos realizarla nosotros mismos.
Además en el mercado se presentan diferentes modalidades de limpiaparabrisas, como son los de tipo convencional, haz o bean wipers, y los híbridos.
Sea cual sea el nuestro, es importante sustituirlos cuando presenten un desgaste apreciable, ya que como apuntamos, además de generarnos problemas de visibilidad cuando conducimos, si están endurecidos y deteriorados también pueden dañar el parabrisas del coche, con arañazos y otros desperfectos sobre la luna.
Hay que tener en cuenta otro fenómeno que puede afectar al estado de nuestros limpiaparabrisas. Si hemos estado en la playa durante el verano es posible que hayamos aparcado nuestro coche cerca del mar, donde las partículas de arena se esparcen por todas partes, incluso sobre las escobillas. Ello puede provocar que ahora que las utilizaremos más, provoque esos indeseables arañazos en el cristal.
Otro apartado que debemos tener en cuenta es que el sistema de limpiaparabrisas no se basa únicamente en las escobillas, ya que hay otros elementos que son importantes para un buen funcionamiento del mismo.
Y es que quién no se ha levantado temprano en esos duros días de invierno y se ha encontrado las lunas del coche completamente heladas e incluso con una capa de nieve sobre el mismo. Entonces hemos tenido que hacer uso del líquido limpiaparabrisas, que nos ayudará a poder recuperar la visibilidad.
Por ello también es de vital importancia revisar con frecuencia el nivel de líquido del limpiaparabrisas y reponerlo hasta la línea que nos indique el depósito.
Debemos tener en cuenta que no es nada aconsejable usar directamente agua del grifo o de una botella como líquido limpiaparabrisas, ya que la cal que suele llevar puede concentrarse y obstruir los eyectores.
Pero pese a ello existen varias fórmulas caseras para realizar un líquido limpiaparabrisas casero, mezclando agua con limpiacristales, agua con lavaplatos y agua con vinagre, aunque hay que asegurarse de hacerlo bien para lograr el efecto deseado sin dañar los cristales.
Sobre todo, ya sabe, para conducir seguro, hay que hacerlo con una visibilidad adecuada.
