El acuartelamiento Montejaque, sede del Tercio Alejandro Farnesio 4º de la Legión y el Grupo de Caballería Ligero Acorazado Reyes Católicos II de la Legión, ha celebrado este lunes 8 de diciembre una parada militar con motivo de la Inmaculada Concepción Patrona del arma de Infantería.
Por ello han formado en el patio de armas las unidades del 4º Tercio, Escuadra de Gastadores, Mando de la línea y Plana Mayor de Mando, Banda de Guerra del 4º Tercio/GCLAC II, X Bandera “Millán Astray”, Escuadra de Gastadores de la X Bandera, Mando, Plana Mayor de Mando de la X Bandera, cinco compañías.
Por parte del Grupo de Caballería Ligero Acorazado II de La Legión, Escuadra de Batidores del GCLAC II, Mando, PLM del GCLAC II y cuatro escuadrones.
En el acto estuvo presente la Enseña Nacional del Tercio 4º y los guiones y banderines de las unidades legionarias en formación.
La parada militar consistió en un acto solemne en el que, una vez formada la fuerza y sin solución de continuidad se realizaron las siguientes acciones: honores a la autoridad y revista a la fuerza en formación, lectura de la reseña histórica, imposición de condecoraciones a personal militar y civil, entrega de títulos de Legionarios de Honor. En esta ocasión los galardonados han sido, Juan Manuel Beltrán Rodríguez y el Domingo Caballero Fernández.
El coronel del 4º Tercio, dirigió unas palabras a los asistentes y posteriormente, se rindieron los correspondientes honores a los que dieron su vida por España con descarga de fusilería. A su término, se entonó la Canción del Legionario, Himno de Infantería y se recitaron dos Espíritus del Credo legionario, poniendo el colofón el desfile a pie y motorizado por parte de las unidades participantes.
El acto estuvo acompañado por numeroso público y autoridades civiles de ámbito local, autonómico y nacional.
Antecedentes
La protección de la Inmaculada Concepción como Patrona del Arma de Infantería nace de un hecho acaecido en el siglo XVI, en la guerra que los Tercios Españoles de Flandes mantenían en los Países Bajos.
En la pequeña población de Empel, los infantes españoles resistían heroicamente las acometidas de los infantes holandeses, cuando un soldado al excavar una trinchera encontró una imagen de la
Inmaculada, tal hallazgo sembró un gran revuelo y fue interpretado como un feliz augurio, contribuyendo a elevar la moral de las tropas, y a salir airoso del asedio al que estaban sometidos.
A la protección de la Inmaculada le atribuyen la salvación y la victoria. Allí mismo se le proclama Patrona de los Tercios de Flandes y se funda la Cofradía de los Soldados de la Virgen Inmaculada.











