Los Cursos de Verano de la Universidad de Málaga, que cada año organiza la FGUMA, han llegado hoy a Ronda y Vélez-Málaga. Una semana en la que se celebran ocho cursos y dos master class, que cuentan con alrededor de 700 personas inscritas. En la ciudad del Tajo, la bienvenida al alumnado ha corrido a cargo de la alcaldesa de la localidad, María de la Paz Fernández; el vicerrector de Transferencia, Emprendimiento y Empresa de la UMA, Juan Carlos Rubio; el director de la FGUMA, Eugenio Luque; y el presidente de la Fundación Unicaja de Ronda, Juan Fraile.
Fernández ha agradecido la presencia una vez más de la UMA en el municipio con esta oferta estival, resaltando su papel como protagonista de un importante valor cultural y educativo. “La Universidad de Málaga es la Universidad de Ronda y la universidad pública que todos queremos”, ha añadido. La regidora también ha querido subrayar el apoyo de Fundación Unicaja Ronda, así como la relevancia que tienen para la ciudad los asuntos que se abordarán: “Aquí va a estar el epicentro de todo ese ámbito de conocimiento tan necesario para progresar, para continuar investigando y para dar a conocer también una parte de nuestro patrimonio”. En la misma línea se ha posicionado Rubio, que ha mostrado su satisfacción por las temáticas que acoge la sede decana: “Invertimos en transferencia de conocimiento, saliendo de las aulas hacia la sociedad, abriendo debate en todos los ámbitos”, ha remarcado. Por último, Luque ha celebrado la gran acogida de estos Cursos, con 210 personas matriculadas en la capital de la Serranía, y ha asegurado que, de nuevo, se ha logrado cumplir con los objetivos que persigue el catálogo formativo: “Atender las preferencias que propone el Ayuntamiento, ofrecer variedad temática, cursos divulgativos que lleguen a todo el mundo y mantener el rigor académico que caracteriza a la UMA”, ha finalizado.
En esta jornada inaugural han estado presentes Fátima Báñez, presidenta de la Fundación CEOE y exministra de Empleo y Seguridad Social, y Ángela de Miguel, presidenta de la Confederación Española de la Pequeña y Mediana Empresa (CEPYME), que han realizado en una master class una radiografía económica del sector de las pymes en nuestro país. En el encuentro, moderado por el periodista Pedro Luis Gómez, ambas ponentes han coincidido en destacar el papel decisivo que juegan las pymes en la economía española y han reivindicado un marco más favorable para su desarrollo, especialmente en un contexto de incertidumbre global.
“Gracias a la empresa hoy nuestro país es responsable de ocho de cada diez empleos y de más del 70% de la riqueza social”, ha subrayado Báñez, quien ha pedido “miradas serenas y reflexivas que ayuden a construir con esperanza ese futuro próximo”. “Queremos contar a la sociedad española y andaluza que el camino se construye con confianza y que las empresas están comprometidas como una de las instituciones más importantes de la sociedad”, ha recalcado. La exministra ha defendido el papel de las empresas como “colaboradoras necesarias del progreso y del bienestar de los ciudadanos”, y ha afirmado que el tejido empresarial español se enfrenta hoy a cuatro grandes desafíos: globalización, digitalización, descarbonización y demografía. En este sentido, ha puesto el foco en Andalucía como una región con ventajas estratégicas para encarar ese futuro: “Es la primera vez que las dos grandes revoluciones, la digital y la verde, cogen a Andalucía mejor preparada”, ha asegurado. Ha valorado como fortalezas el despliegue de conectividad, la apuesta por las energías renovables y el hecho de que “Andalucía tiene hoy la población más joven de los cuatro grandes motores económicos de España”, lo que representa “un motivo de esperanza”.
Por su parte, Ángela de Miguel ha centrado su intervención en los problemas estructurales que enfrentan las pequeñas empresas, especialmente las microempresas. “Cada día en España perdemos 10 microempresas, esas de menos de 10 trabajadores que crean el 60% del empleo y el 65% de la riqueza. Y eso nos preocupa muchísimo”, ha advertido. De Miguel ha enumerado las principales causas de esa pérdida: “La altísima carga burocrática, el incremento de los costes laborales —que han subido un 20% en cuatro años— y un esfuerzo fiscal que en España llega al 37%, frente al 25% de la media europea”. En sus palabras, “hacemos un esfuerzo fiscal un 50% más alto que en la UE y con eso tenemos que salir a competir: prácticamente es imposible”. La presidenta de CEPYME ha querido resaltar el papel de Andalucía como ejemplo positivo: “Es uno de los lugares de España donde más empresas se están creando y donde más empleo se crea”. A su juicio, esto demuestra que “cuando uno tiene una política centrada en ayudar a las empresas, se ve en los datos y se ve en los resultados”, por lo que ha pedido replicar estas políticas a escala nacional.
Ambas ponentes han coincidido en que apoyar a las pymes no es solo una cuestión económica, sino de cohesión social y equilibrio territorial. “Sería impensable nuestra vida con la calidad que tenemos sin esas pequeñas empresas que vertebran el territorio, especialmente en lugares como Ronda”, ha señalado De Miguel.
Geopolítica en acción: claves para entender un mundo convulso
También en Ronda ha comenzado un seminario dedicado a analizar el contexto geopolítico actual a través de diferentes mesas redondas. En una de ellas ha participado el catedrático El catedrático de Ciencia Política Manuel Ricardo Torres Soriano, con una reflexión sobre el nuevo entorno geoestratégico global marcado por la volatilidad, la fragmentación de consensos y la pérdida de valor de las normas internacionales. “Muchas de las certezas que creíamos tener sobre cómo actúan los actores internacionales han saltado por los aires”, ha afirmado, subrayando que “la incertidumbre va a formar parte de nuestras vidas”. Ante este escenario, el especialista ha considerado que es imprescindible desarrollar estrategias que permitan adaptarnos a “cambios profundos y rápidos”. Para Torres Soriano, este contexto obliga a los países a ser más versátiles y conscientes de que “los liderazgos políticos pueden replantear en cualquier momento todo el escenario”.
En su análisis, ha señalado que Europa debe reivindicar su papel como potencia normativa, defendiendo los acuerdos y el valor de las normas como elemento civilizador del orden internacional: “Europa debe ejercer un papel protagonista porque al final es el último baluarte de la importancia de las conductas reguladas por normas”. En relación con España, ha defendido la postura tradicional que nuestro país ha mantenido históricamente de sumarse a los consensos continentales, pero ha advertido que ha llegado el momento de “reivindicar esa mayoría de edad” para introducir en la agenda europea las necesidades específicas de España y aprovechar “el enorme valor añadido que nos da la Unión Europea para avanzar en esos objetivos particulares, como hacen otros países”.