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Con las lluvias de otoño volvemos a disfrutar del ‘Bosque de Cobre’, en el Valle del Genal

Las hojas de los castaños cubren los montes de tonos marrones, amarillos, rojizos y naranjas. Dan lugar a una estampa tan impresionante como efímera

Los parajes del Genal son únicos durante todo el año, especialmente en otoño.

Con la llegada del otoño, las hojas de los castaños cubren los montes de tonos marrones, amarillos, rojizos y naranjas. Dan lugar a una estampa tan impresionante como efímera, el llamado Bosque de Cobre. Un reclamo turístico de primer orden de los pueblos de la Serranía de Ronda.

El Bosque de Cobre se ubica fundamentalmente en el Valle del Genal. Es una de las tres grandes zonas geográficas que forman esa serranía, junto a la meseta y el valle del Guadiaro. Es una región de marcado carácter montañoso. Donde el blanco de los pueblos -a excepción de Júzcar, cuyas casas están pintadas de azul- contrasta con frondosos bosques de pinos, cerezos, alcornoques, robles o castaños.

Cada año, principalmente entre los meses de octubre y diciembre, miles de turistas visitan esta zona del interior de la provincia de Málaga. Ahí se adentran en sus bosques, antaño escondite de bandoleros, y perderse por senderos que parecen sacados de un cuento.

Las hojas caducas de los castaños tiñen el paisaje de colores ocres y cobrizos. Conforman un espectáculo cromático único en la provincia, y al caer al suelo forman una gruesa alfombra natural sobre la que deleitarse al caminar.

Un bosque compartido

Alpandeire, Benadalid, Benalauría, Cartajima, Faraján, Genalguacil, Igualeja, Jubrique, Júzcar, Parauta, Pujerra y Yunquera -en la Sierra de las Nieves- son los doce municipios que forman el Bosque de Cobre. Todos ellos con una larga tradición en torno a la castaña, un elemento de gran importancia ecológica, cultural, económica y gastronómica en la zona.

Desde hace más de un siglo, los habitantes de la serranía han cultivado estos vastos castañares, que durante la época otoñal pincelan un paisaje “cautivador”, casi de “ensueño”. Así lo explica el alcalde de Genalguacil, Miguel Ángel Herrera.

Con la llegada del otoño, las hojas de los castaños cubren los montes malagueños de marrones, amarillos, rojizos y naranjas , dando lugar a una estampa tan impresionante como efimera, el llamado bosque de cobre, en el Valle del Genal.

“Esta es una zona muy especial, uno de los grandes recursos naturales que tiene el país. Es una excusa más para visitar el Valle del Genal”, señala el edil. Al tiempo reconoce que el Bosque de Cobre se ha convertido, junto al arte, “en uno de los grandes recursos turísticos” de este pequeño pueblo de 500 habitantes.

La zona, apunta Herrera, atrae a turistas de todo el mundo, de países como Estados Unidos, Alemania, Noruega, Reino Unido o Irlanda, aunque los españoles son mayoría. “Es algo muy especial para hacer en familia, es la excusa perfecta para salir al campo”, dice.

El mejor momento para visitarlo

El alcalde del vecino municipio de Jubrique, Alberto Benítez, ratifica que el Genal es “algo único y excepcional”. Un lugar “mágico” en el que poder encontrar la tranquilidad y “conectar con la naturaleza”.

“El Valle está abierto los 365 días del año, pero la mejor época para visitarlo es en otoño, cuando es espectacular, con los bosques de castaños en su máximo esplendor”, subraya Benítez.

En Jubrique, que cuenta con un hotel y apartamentos turísticos municipales, así como numerosas casas rurales, el 80 por ciento de los visitantes que llegan son españoles, sobre todo andaluces. “Hacer cualquier sendero se convierte en una ocasión ideal para visitarlo con la familia”.

Según el alcalde, la fecha idónea para disfrutar de los castañares es de finales de octubre al Puente de la Constitución. La sequía y el cambio climático están afectando al deshoje de los árboles, retrasando su caída. Esto provoca que ya entrado el mes de diciembre haya árboles pelados y otros aún verdes.

Senderos y miradores

El Bosque de Cobre no es un lugar público, ya que los castañares son fincas privadas. Es posible contemplarlos a través de los diferentes senderos que discurren por el Valle o desde los miradores existentes.

Hay caminos de todo tipo, desde los de gran recorrido, pensados para los senderistas más experimentados, hasta otros de más corto alcance y fáciles de recorrer en familia.

Son cientos de kilómetros que están homologados, señalizados y balizados y que unen municipios como Benalauría y Genalguacil, Parauta y Cartajima, Júzcar y Faraján o Atajate y Benadalid. Todos ellos se pueden consultar en la web de Turismo y Planificación Costa del Sol.

Más allá de pasear por estos parajes, los visitantes pueden disfrutar en estas fechas de las jornadas gastronómicas que cada año organizan municipios como Jubrique, Pujerra o Yunquera con la castaña como principal protagonista.

En otoño, pues, la castaña se ve, se siente y se saborea en la Serranía de Ronda.


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