Ronda

Los hortelanos de Los Molinos del Tajo inauguran la nueva ermita de La Inmaculada, cinco años después de ser destrozada por unos vándalos

Han celebrado este acontecimiento con una pequeña romería y una convivencia de los vecinos de estos singulares parajes rondeños

La virgen de La Inmaculada ha sido trasladada a hombros por los huertanos hasta su nueva ermita.

Hace ahora casi cinco años, a principios de agosto de 2018, los hortelanos de Los Molinos del Tajo vieron con indignación, impotencia y rabia cómo unos desalmados habían destrozado, sin ningún motivo ni sentido, la pequeña ermita de la Virgen de la Inmaculada que se encontraba en estos parajes rondeños.

Este pequeño recinto religioso fue donado por un rondeño hace seis décadas para que los hortelanos de la zona pudiesen celebrar una romería todos los años en ese lugar, llegado el buen tiempo; en el mes de mayo.

Pero este encuentro y convivencia tuvo que suspenderse, ya que durante aquel vándalo destrozo, realizado durante la madrugada de uno de aquellos calurosos días, además de la pequeña capilla también rompieron en mil pedazos la imagen de la Inmaculada.

Desde el primer momento de aquel acontecimiento los hortelanos decidieron ponerse manos a la obra para recuperar sus tradiciones y construir una nueva ermita para la Virgen, hecho que se ha culminado este domingo 4 de junio, cuando se ha inaugurado un nuevo recinto, al que ha sido trasladada la recién estrenada imagen sobre los hombros de mujeres y de hombres.

«Para conseguirlo hemos estado haciendo rifas, recogiendo donativos, y al final ya tenemos una nueva ermita para la oración. Además hemos querido celebrar este día tan especial con una convivencia en la que han participado cerca de cien hortelanos y vecinos de San Francisco», ha comentado Miguel, uno de los promotores de esta acción, que ha sido también posible en gran medida al empeño que ha puesto Agustín Ríos, quien desde el principio fue uno de los abanderados para recuperar esta singular tradición.

Así las cosas, la ermita se ha situado a unos 200 metros de ‘La Carpanta’, a poco de ‘la torre’, donde cualquier caminante o paseante puede hacer un descanso para dedicar sus plegarias a La Inmaculada.

Los vándalos no consiguieron vencer a los hortelanos de Los Molinos, quienes con trabajo y pundonor no han permitido que se pierda esta tradición tan rondeña.


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