Cultura y Sociedad

Fantasías astronómicas, desde el interior

Aficionados o no, todos hemos oído alguna vez (o leído) la teoría de que el Universo tuvo su origen con una gran explosión (el famoso Big Bang), la cual dio lugar a que de una partícula ínfima surgieran todas las galaxias, todas las estrellas, todos los planetas, toda la materia, toda la energía y, en definitiva, todo lo que conocemos

Representación artística del Big Bang.

Dadas las circunstancias que todos conocemos, las reuniones no son nada aconsejables y, aun a estas alturas, más voluntariamente que otra cosa, seguimos semi-confinados en casa que, a veces es la mejor forma de observar, si no el exterior, sí el interior de nosotros mismos y también (paradójicamente) el interior del mundo que nos rodea, aunque esto sea de forma teórica.

Así que, al igual que decía en el artículo anterior, esta actividad que nos apasiona (la Astronomía), tiene tantas facetas que se pueden llevar perfectamente a la práctica desde casa. Y, en particular, todos aquellos temas que, desde el punto de vista del aficionado, lo que pretendemos es aprender o, como mucho, enseñar aprendiendo. Y, como no faltan novedades para estar al día, aquí estamos para conocerlas y darlas a conocer.

Universos pulsantes

Aficionados o no, todos hemos oído alguna vez (o leído) la teoría de que el Universo tuvo su origen con una gran explosión (el famoso Big Bang), la cual dio lugar a que de una partícula ínfima surgieran todas las galaxias, todas las estrellas, todos los planetas, toda la materia, toda la energía y, en definitiva, todo lo que conocemos (lo que existe, pero también lo que ha existido y lo que existirá).

¿Verdad que todo esto parece un poco absurdo?

Pues es la teoría, actualmente más aceptada por la mayoría de los científicos, sobre el origen del Universo. Y se quedan tan panchos (no todos, desde luego), sin pararse a pensar cómo, o quién creó esa partícula inicial. Porque la idea de la nada, además de imposible, es igualmente absurda a nuestras entendederas.

Por otra parte, si la Ciencia no se aclara en el origen del Cosmos en que vivimos (y del que formamos parte), tampoco tiene respuestas sobre cuál será el fin del mismo:

¿Expansión acelerada? ¿Aumento de Entropía hasta la muerte térmica del Universo? ¿Universo elipsoide? ¿Esférico, parabólico, hiperbólico, abierto, cerrado, infinito, finito, con bordes, sin bordes, …? Preguntas y más preguntas, que no tienen una respuesta, sino muchas.

¿Y por qué no, un Universo pulsante? Un Universo sin principio ni fin, ni en el tiempo ni en el espacio, pero cuyo «contenido», por decirlo de alguna manera, se expande y se comprime, sucesivamente, desde la NADA hasta el TODO, y desde el TODO hasta la NADA, en infinitos ciclos.

Otra vez volvemos a lo incomprensible. Pero es que no se puede comprender algo, desde dentro de ese algo. Igual que no puedes mover un carro desde dentro de ese mismo carro. No puedes mover ni parar nada si no tienes un punto de apoyo exterior. Por tanto …, ¿Cómo vas a explicar algo si no lo observas desde el exterior? Y el Universo, por definición, no tiene exterior. O si lo tiene …, ¿será eso que llamamos Dios?

Multiversos

No. No es poesía. Es Astronomía. Y es que otra teoría fantástica pero, al fin y al cabo teoría, como todas, es la de coexistencia, no de dos ni tres, sino de múltiples universos, ya fuesen éstos paralelos, entrelazados o contenidos unos dentro de otros (), pero con propiedades físicas y características propias y diferentes cada uno de ellos, de forma que no pueden interrelacionarse entre sí, ni intervenir (porque no tendrían ni idea de sus correspondientes existencias) los seres de uno de esos universos sobre los de otros, o viceversa. En un conjunto de posibilidades que también podría ser infinito.

Expansión del Universo, desde el Big Bang hasta nuestros días.
Expansión del Universo, desde el Big Bang hasta nuestros días.

Posibilidades y leyes físicas que, también, podrían en su conjunto aniquilarse mutuamente y convertir en NADA toda la materia y la energía de estos infinitos universos.

En fin, por esta vez (una más), hemos dado rienda suelta a nuestra imaginación. Pero es que ningún científico nos puede explicar al 100 por ciento (ni tampoco refutar) ninguno de estos extremos. Recuerdo que hace años, un científico con el que «discutía» de estos temas, de vez en cuando, en un foro de Internet me decía (y yo le negaba) que estábamos «a punto de explicarnos TODO en el Universo». Sigo pensando que nada más lejos de la realidad.

Ciclos infinitos en un Universo pulsante.
Ciclos infinitos en un Universo pulsante.

O también otro científico (al que conocemos personalmente y le tenemos mucho aprecio), el cual se declara abiertamente agnóstico, que nos decía (en este caso en persona) que para hacer Ciencia hay que olvidarse de cualquier tipo de religión o de fe. Pero al mismo tiempo, cuando llegaba a demostrar matemáticamente ciertas leyes apasionantes y bellas de la NATURALEZA, se decía a sí mismo: «Qué lástima que no haya Dios».

Es decir, detrás de todo descubrimiento, siempre nos encontraremos con una muralla infranqueable, que podemos llamar como queramos, pero que no tendrá explicación dentro de nuestros sentidos.


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