Cultura y Sociedad

Astronomía en la película navideña ¡Qué Bello es Vivir!

San José encarga el trabajo al simpático ángel Clarence, y comienza un diálogo con los personajes de la corte celestial que están representados por una especie de nebulosas en el cielo estrellado, que se iluminan cuando hablan

Fotograma de la película ¡Qué Bello es Vivir! protagonizada por James Stewart y Donna Reed.

Frank Capra dirigió la película ¡Qué bello es vivir! (1946), protagonizada por James Stewart y Donna Reed, que se ha convertido con los años en un clásico navideño. Pero, ¿qué relación puede tener este film con la astronomía?

Al principio de la película, una “corte celestial” se reúne para cumplir con lo que le piden los vecinos del pequeño pueblo del protagonista, que es ayudarle a ser  feliz. San José encarga el trabajo al simpático ángel Clarence, y comienza un diálogo con los personajes de la corte celestial que están representados por una especie de nebulosas en el cielo estrellado, que se iluminan cuando hablan. La imagen astronómica que usó Frank Capra es real y fue obtenida por el Observatorio del Monte Palomar.

El Quinteto de Stephan. (NASA/ESA/HST).
El Quinteto de Stephan. (NASA/ESA/HST).

El misterioso objeto celeste que aparece en el fotograma es el Quinteto de Stephan. Por cierto, y como curiosidad, este clásico del cine no tuvo una acogida excepcional a la hora de su estreno, a pesar de que recibió cinco nominaciones a los Oscar. La película con el paso de los años fue ganando en reputación y se considera una de las mejores interpretaciones de James Stewart.

El Quinteto de Stephan es un grupo compacto de cinco galaxias situado en la constelación de Pegaso y puede verse con telescopios de aficionados. El grupo recibe el nombre de su descubridor, el francés Édouard Stephan, quien las catalogó en 1877 utilizando el telescopio reflector Focault de 80 cm del Observatorio de Marsella. Stephan  creyó haber hallado un grupo insólitamente compacto de nebulosas, por entonces llenas de misterio. Una coincidencia hace que estas cinco galaxias aparezcan como un quinteto. En realidad, la galaxia azulada (NGC7320) está a una distancia de “solo” unos 40 millones de años de luz, mientras que las otras cuatro (NGC7317, NGC7318A, NGC7318B y NGC7319)  se encuentran próximas entre sí, a una distancia de unos 270 millones de años luz de nuestra Vía Láctea y alejándose de nosotros a 6.400 km/s, debido a la expansión del Universo. Este cuarteto sí que constituye un agrupamiento físico real y tienen formas retorcidas debido a las interacciones gravitatorias que han estado ocurriendo desde hace millones de años. Este caos continuado ha producido grandes “guarderías estelares” donde nacen nuevas estrellas y ha originado violentas ondas de choque que se propagan por el medio intergaláctico, algunas de las cuales fueron detectadas por el Observatorio Astronómico hispano-alemán de Calar Alto (Almería) y  el Telescopio Espacial Spitzer de la NASA en el año 2006.

Muy llamativas son las dos galaxias centrales del “cuarteto”  (NGC7318A y NGC7318B) que tienen sus núcleos muy próximos y sus estructuras espirales se encuentran confundidas. Y también destaca la galaxia (NGC7319) que tiene unos brazos espirales bien desarrollados y una prominente barra central. La galaxia más cercana a la Tierra, NGC7320, es realmente una galaxia enana donde es posible distinguir innumerables estrellas individuales.

Este quinteto es el prototipo y el más estudiado del centenar de grupos compactos de galaxias catalogados por el astrónomo canadiense Paul Hickson en 1982, que son conocidos como “Grupos compactos de Hickson”. Los astrónomos piensan  que el destino final de muchos de estos grupos es la fusión entre sus diferentes galaxias individuales, lo que puede dar lugar a una única galaxia gigante muy distorsionada y con múltiples núcleos.


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