Cultura y Sociedad

Cómo el póker pasó de ser el juego de los forajidos a un fenómeno global de Internet

El póker es un juego de cartas con una rica historia que data del siglo XIX. En estos siglos, ha experimentado una transformación increíble.

El póker ha tenido una transformación asombrosa que lo ha llevado desde las mesas de madera en los barcos de vapor del Misisipi hasta los torneos virtuales que hoy congregan a una comunidad internacional.

Aunque sus reglas han cambiado poco, este juego de cartas ha logrado mantener su vigencia gracias a su mezcla de matemáticas, psicología y su capacidad de adaptarse a la tecnología de cada época.

Este es el viaje que ha experimentado el póker hasta convertirse en lo que es hoy en día.

El póker nació en el Salvaje Oeste americano

Aunque sus orígenes se pueden rastrear hasta juegos europeos del siglo XVI, los juegos de poker que se conocen hoy aparecieron en Estados Unidos durante el siglo XIX. El juego llegó a Nueva Orleans de la mano de los colonos franceses en la década de 1830, y se extendió con fuerza a través del Misisipi.

En poco tiempo, se convirtió en un pasatiempo habitual en salones y, sobre todo, en los barcos de vapor.

Tras la Guerra Civil estadounidense, los soldados lo popularizaron por todo el país, y su imagen quedó ligada para siempre al Salvaje Oeste americano. De ese modo, se ganó la fama de ser un pasatiempo de forajidos y tahúres en un ambiente donde se apostaba fuerte.

Esta mitología se consolidó en la cultura popular gracias a figuras como «Wild Bill» Hickok y su legendaria mano del hombre muerto (una pareja de ases y ochos).

La era de los torneos y la profesionalización

Durante más de un siglo, el póker permaneció como un juego de dinero en efectivo que estaba confinado a los márgenes de la sociedad. Sin embargo, inició su transición de pasatiempo a deporte mental con la creación de las World Series of Poker (WSOP).

El evento fue ideado por Benny Binion, quien fue dueño del casino Binion’s Horseshoe en Las Vegas. En 1970, Binion invitó a su casino a siete jugadores reputados, pero con un formato distinto. No se disputó un torneo como tal, sino que el ganador, Johnny Moss, fue votado «mejor jugador» por sus compañeros tras varias jornadas de partidas con apuestas altísimas.

Binion entendió que un juego sin un final claro carecía de interés para los medios e introdujo dos cambios clave. En 1971, el Evento Principal de la WSOP se convirtió en un torneo freeze-out de Texas Hold’em y, en 1972, fijó la entrada en 10 000 dólares. Su gran acierto fue haber creado una competencia para encontrar al campeón del mundo.

La legitimación del póker llegó con la victoria de Thomas «Amarillo Slim» Preston en 1972. Slim inició una gira mediática por todo Estados Unidos que, según la leyenda Doyle Brunson, trajo respetabilidad al póker y lo sacó «de los cuartos traseros de los garitos de mala muerte».

El «efecto Moneymaker» y el boom del póker

A finales de los años noventa comenzaron a surgir las primeras salas de póker online, que permitían jugar a personas de cualquier lugar. Pero el catalizador que fusionó el espectáculo profesional con el acceso masivo llegó en 2003 de la mano de Chris Moneymaker.

Este contable de Tennessee, de 27 años, ganó el Evento Principal de las WSOP y un premio de 2,5 millones de dólares. Lo que convirtió su victoria en un hito no fue solo el premio, sino cómo lo consiguió, pues se clasificó a través de un torneo satélite online de 86 dólares.

El «efecto Moneymaker» desencadenó un crecimiento masivo, el llamado boom del póker. Su triunfo demostró que un jugador aficionado podía competir contra los profesionales y ganarles.

El efecto fue inmediato y se puede medir en la asistencia al Evento Principal de las WSOP. Según datos del propio torneo, la participación creció más de un 1290 % en los tres años posteriores a su victoria, pasando de 839 jugadores en 2003 a 8773 en 2006.

El póker en la era del streaming y los datos

En la actualidad, el póker moderno es tanto un entretenimiento de masas como un complejo problema científico.

Por un lado, plataformas como Twitch y YouTube se han convertido en su nuevo hogar, lo que ha acercado el juego a un público más joven y globalizado. Por ejemplo, las retransmisiones de las Triton Poker Series en Londres 2023 alcanzaron picos de más de 29 000 espectadores simultáneos.

En paralelo, el juego a nivel profesional se ha convertido en una ciencia. La intuición ha dado paso a programas de análisis, como los HUDs que muestran estadísticas de los rivales en tiempo real, o los solvers, que calculan la estrategia matemáticamente perfecta (GTO o Game Theory Optimal). Esta tecnología ha abierto una brecha notoria entre la élite y los jugadores recreativos.


Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Te pedimos la "MÁXIMA" corrección y respeto en tus opiniones para con los demás

*