La vicepresidenta de Ciudadanía y Equilibrio Territorial de la Diputación de Málaga, Antonia Ledesma, se ha desplazado a Cortes de la Frontera para conocer en primera persona las labores tradicionales de extracción del corcho que se realizan dentro del espacio público del término municipal que pertenecen al Parque Natural Los Alcornocales y en las que trabajan, desde principios de esta semana, tres cuadrillas integradas por unas 40 personas contratadas directamente por el Ayuntamiento. Asimismo, se ha interesado por la gestión de los canales de venta del corcho del ente municipal.
Ledesma ha estado acompañada por el alcalde de Cortes de la Frontera, José Antonio Zurera, además de Sebastián Casilla, primer teniente de alcalde y responsable de las áreas de Urbanismo, Empleo y Turismo; Juan Carlos Guerrero, concejal de Parques y Jardines y Fernando Gutiérrez, guarda rural municipal.
Ledesma ha explicado que la visita se enmarca dentro de la tercera fase del Plan de Oportunidades en el Territorio del informe Bioaction Social Málaga, que se presentó en el mes de mayo en cuatro comarcas en riesgo de despoblación para exponer las cadenas de valor detectadas que tienen potencial económico. “Estamos trabajando para buscar soluciones de crecimiento económico del sector de la bioeconomía vinculada al corcho, apostando por la implantación de una industria de transformación, ya que el volumen más importante se exporta en bruto, principalmente a Portugal”, ha afirmado.
En este sentido, ha expresado que la inexistencia de una industria manufacturera “es la gran cuenta pendiente del sector corchero, extrapolable a toda Andalucía, y queremos liderar desde la provincia de Málaga la implementación de iniciativas que partan del sector privado”.
Según ha informado el alcalde, José Antonio Zurera, en las últimas cuatro campañas, las ventas anuales de este producto en bruto generaron unos beneficios en Cortes de la Frontera que oscilaron entre 2.300.000 a 2.700.000 euros, lo que permite mantener a unas 60 familias a lo largo del año (entre las labores de desbroce para despejar el monte en invierno que faciliten la extracción y la saca del corcho en verano) “que generan estabilidad laboral, repercute directamente en las arcas municipales y ayuda activamente a combatir el despoblamiento”, ha señalado la vicepresidenta.
Asimismo, ha indicado que la campaña de la saca del corcho se prolongará durante más de 40 días y da trabajo estable a familias durante el año provenientes de localidades cercanas como Ronda o Grazalema, “aunque el 90% son oriundos cortesanos, ya que el descorche es una actividad arraigada y con identidad en la historia y cultura de nuestra zona, transmitida de generación en generación que combina tradición, economía y sostenibilidad”, ha recalcado.
“Estamos pasando una pequeña crisis en los precios y estamos expectantes a ver qué pasa este año, pero las previsiones de producción de la actual campaña de corcho son muy positivas ya que estimamos que supere los 23 mil quintales (un quintal, unidad métrica castellana que se usa para pesar el corcho, equivale a 46 kilos o 4 arrobas), lo que se traduce que se extraerán 1,1 toneladas de este preciado producto”, ha previsto el primer edil.
El Ayuntamiento de Cortes de la Frontera contrata directamente a las cuadrillas de descorchadores y los arrieros para que den los portes con animales de carga hasta la zona de acopio, se externalizan a empresas; por lo que es un sector fundamental para fijar a la población al entorno y que genera ingresos directos a las arcas municipales y repercute positivamente en la población local.
Zurera lamenta que no exista una empresa manufacturera fuerte en Andalucía y recuerda que año pasado la producción fue mayor por circunstancias relacionadas con el crecimiento natural del árbol, la calidad del corcho y unas condiciones ambientales apropiadas que favorecieron que se generara más producto. La empresa Corchos Toledo, asentada en la provincia castellanomanchega, se quedó con casi 10 mil quintales pero en las últimas campañas son las empresas portuguesas las que se han llevado el mayor volumen del producto.
Dentro del término municipal de Cortes de la Frontera, la mayor masa de alcornoques (especie arbórea de la que se extrae el corcho) se concentran en los parajes del Robledal y La Sauceda, montes de titularidad pública y otra menor parte se ubica en las Majadas de Ronda, con una producción de corcho más pequeña.
En Cortes de la Frontera, la saca del corcho es una actividad tradicional que se realiza en los alcornocales durante los meses de verano, entre mayo y finales de agosto, siguiendo un ciclo de extracción cada nueve o diez años. Esta labor se realiza con técnicas ancestrales, utilizando hachas afiladas y cortes precisos para separar la corteza del árbol, evitando dañarlo. Comienza con la selección de los alcornoques que han alcanzado la madurez idónea, generalmente a partir de los 25-30 años.
El corcho extraído se clasifica según su calidad y uso. El primer corcho, llamado ‘corcho macho’, se utiliza para aislamiento, mientras que el corcho de segunda y tercera extracción, conocido como ‘corcho hembra’, es apto para la fabricación de tapones de corcho para vino, entre otros productos que se fabrican con este material.