Cultura y Sociedad

Kaliningrado recibe a los Coros y Danzas en el verano de 1984

Los rondeños participaron en el festival folklórico de esta localidad conocida por tener las minas de ámbar más importantes de Rusia.

 

Recuperamos el periplo semanal que nos lleva a recorrer el mundo con los Coros y Danzas de Ronda después del paréntesis carnavalero.

Nos habíamos quedado en el viaje que les llevó a tierras francesas y no nos vamos a mover del continente ya que la siguiente cita de la Asociación ‘Abul – Beka’ los llevaría hasta tierras rusas, concretamente hasta la localidad de Kaliningrado donde participarían en 1994 en un festival folklórico junto a otros grupos de todo el mundo.

Esta localidad, muy cercana a la frontera polaca, es conocida por tener las minas de ámbar más importantes de toda Rusia algo que pudo comprobar la comitiva española en su visita al Museo del Ámbar donde tuvieron la oportunidad de ver auténticas joyas realizadas con este material y conocer la leyenda que cuenta que existe oculta en algún lugar una habitación realizada entera de ámbar y que tuvo que ser escondida para evitar su robo sin que se haya encontrado su paradero hasta el día de hoy.

En lo artístico los Coros y Danzas fueron recibidos, como siempre, con enorme hospitalidad por los anfitriones rusos y eso, a pesar de que la llegada fue algo accidentada al haber llegado tarde como consecuencia de las largas colas que se encontraron en la frontera de Polonia.

Los rondeños bailaron en las tierras rusas.  

De todas las actuaciones que realizaron en impresionantes teatros y en diversas cabalgatas y pasacalles, recuerdan con especial cariño las realizadas en la conocida como ‘feria en la isla’ un espacio situado a la orilla de un enorme río y donde había diversos escenarios al aire libre donde actuaban los grupos participantes. Curiosa anécdota la que recuerdan cuando uno de los días la lluvia fue inesperada protagonista de la fiesta haciendo que el resto de grupos abandonaran estos escenarios que, aunque cubiertos en la zona de la actuación, no dejaban de estar al aire libre. Mejor dicho, no todos los grupos abandonaron el lugar ya que el público que esperaba la actuación de los de Ronda aguantó la lluvia estoicamente y no se movió de sus asientos haciendo que el grupo tuviera que interpretar sus bailes, sin mojarse, pero ante un público totalmente ‘pasado por agua’.

Después de unos días inolvidables, el regreso también tuvo su momento digno de recordar. Para evitar los retrasos producidos en la llegada, el grupo decidió partir hacia el aeropuerto de Varsovia, donde cogerían el avión hacia España, con el tiempo suficiente para que las largas colas de coches en la frontera no les impidiera llegar a la hora prevista y perder el avión. Con varias horas de antelación los rondeños llegaron a la frontera donde se preparaban para esperar varias horas antes de que llegara su turno para pasar a Polonia. Cual fue la sorpresa al ver como un guarda se acercaba a su autobús e, identificando que eran los españoles, les ‘coló’ delante de todos los que esperaban haciendo que tuvieran que esperar las horas que habían calculado en la cola de la frontera. Eso sí, aprovecharon para ver la ciudad de Varsovia, aunque fuera en plena noche.


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