Ronda

Nuevo capítulo del libro del biólogo Andrés Rodríguez sobre los naturalistas de la Serranía de Ronda dedicado a Antonio Laynez

«Laynez describe el pésimo estado del pinsapar, pero no sólo esa especie corría peligro de muerte, también señala la extraordinaria escasez de tejos; en la “Memoria de reconocimiento…»

Memoria del trabajo realizado por Laynez sobre el pinsapar de la Serranía de Ronda.

El profesor y biólogo Andrés Rodríguez está escribiendo un libro sobre los naturalistas que han existido en la Serranía de Ronda y que han dejado una huella con sus trabajos, que próximamente verá la luz.

Uno de los personajes que aparecerán en este libro es el investigador Antonio Laynez sobre el pinsapar de la Sierra de las Nieves.

Como adelanto Rodríguez ofrece a los lectores de Diario Ronda un extracto del capítulo número 7 dedicado a este estudioso:

«Con la Memoria de Reconocimiento del Monte Público del Pinsapar de los Montes de Propios de Ronda en la Sierra de Las Nieves, en 1858, fue la primera llamada de atención por parte del Estado Español sobre la penosa situación que los bosques de pinsapos atravesaban, próxima a la extinción.

El estudio, detallado y muy serio, fue llevado a cabo por Antonio Laynez. A través de ese estudio conocemos algunos datos muy interesantes y curiosos que voy a comentar brevemente, como que la superficie forestal que encontró Laynez la estimo en 256,4 hectáreas en contraposición a las 445,5 de la actualidad; la nieve estaba presente  en la sierra durante “siete meses y a veces ocho”; Laynez describe terrenos muy erosionados donde los suelos han sido arrastrados hacia las zonas más llanas y bajas, basándose en un mejor desarrollo, mayor fertilidad y diversidad de suelos en esas zonas, Laynez insiste en realizar las repoblaciones de pinsapos más importantes y no en las zonas erosionadas donde están los restos del bosque, en esas partes bajas de suelos más fértiles donde precisamente existe un litigio de propiedad entre los dueños del Cortijo Las Tablas y el Ayuntamiento de Ronda, por lo que se tuvo que hacer un deslinde  en 1870, en el que el Ayuntamiento perdió parte de la propiedad que quedó reducida a 760,5 hectáreas. Laynez insistió en su estudio en que era necesario iniciar la repoblación con urgencia, pero la realidad fue que además de la llamada de atención sobre el pésimo estado del pinsapar, nada se hizo durante muchos años, en concreto durante casi un siglo.

Portada de la memoria.
Portada de la memoria.

Laynez describe el pésimo estado del pinsapar, pero no sólo esa especie corría peligro de muerte, también señala la extraordinaria escasez de tejos; en la “Memoria de reconocimiento…” señala la existencia de “pequeños rodales” de pocos ejemplares, árboles muy deteriorados y envejecidos, yemas de crecimiento secas, muchos ejemplares inútiles para repoblar por no producir semillas, la mayoría no sirven ni como árboles de sombra que ayuden a futuras repoblaciones. La situación la describe como “tan mala, que so se puede hacer una ordenación del Monte para su explotación, sólo proponer una serie de medidas para preparar el Monte para después hacer alguna ejecución”. No olvidemos la época de la “Memoria…” inconcebibles y desconocidos los criterios puramente conservacionistas, Laynez encuentra una justificación para conservar el pinsapar, es su explotación maderera y explica las razones del abandono del pinsapar en la escasez de la demanda que su madera tiene, tan solo para unas fábricas de hierro situadas a 4 leguas (unos 22 kms), debe tratarse de las explotaciones de la Sierra de Marbella. Como otras causas del abandono del pinsapar, además de la poca demanda de su madera, están también la falta de comunicaciones y el poco aprecio que la madera de pinsapo tiene ya que sólo se usa como carbón vegetal en la ciudad de Ronda.

Cifra la cantidad de pinsapos en la Sierra de Las Nieves en 26.000 pinsapos, todos árboles viejos, de ellos unos 6.000 amenazan con caerse pronto. En el expediente de venta de los Montes de Propios del año 1943, el número de pinsapos se había reducido a 10.500 árboles, en ese expediente de compra se da como un importante argumento que “sería una vergüenza nacional para Ronda que se perdiera el pinsapo”, algo que nos indica cuanto habían avanzado los criterios conservacionista en todo el mundo y en España en particular.


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