Ronda

Un incendio calcina parte de la vieja Posada Real

Los bomberos tuvieron que trabajar desde las seis de la madrugada del pasado viernes

Vista del edificio abandonado durante la intervención de los bomberos.

Los bomberos tuvieron que trabajar desde las seis de la madrugada del pasado viernes

La conocida como Posada Real, todo un emblema entre los establecimientos hoteleros de la ciudad en el pasado, hoy día convertido en un edificio abandonado, ha sido pasto de las llamas esta semana. En concreto, durante la madrugada de este viernes se declaraba un incendio que provocó que buena parte de la vieja estructura colapsara en algunas partes y terminara por ceder.

Los efectivos de bomberos llegaron hasta el lugar del incendio sobre las 6:00 de la madrugada, aunque se cree que el incendio pudo iniciarse varias horas antes, al haber cedido ya el techo de varias de las habitaciones para cuando los equipos de extinción llegaron a la zona y comenzaron las labores de extinción.

La estructura de madera en el techo y el cañizo del entretecho hicieron que las labores de extinción se complicasen mucho, al prenderse fuego estas partes y propagarse entre la estructura. Pasadas las diez de la mañana los bomberos todavía no habían acabado con todas las llamas y quedaban pequeñas partes ardiendo, aunque para ese momento se habían centrado en las labores de desescombro y apuntalamiento de las zonas más dañadas. Además, se quería despejar la duda de que bajo los escombros pudiese encontrarse alguna persona, al haberse encontrado restos de comida en el interior del inmueble y con fecha de caducidad todavía no rebasada. Este hecho hacía sospechar que pudiese haber personas que están utilizando el inmueble para pasar la noche. Finalmente, tras horas de incertidumbre, los bomberos comprobaban que nadie había quedado atrapado.

La importancia del incendio obligó al Consorcio Provincial de Bomberos a realizar un gran despliegue, desplazando hasta cinco unidades a la zona. A primera hora de la mañana se producía el relevo del personal y las caras de los efectivos reflejaban la dureza del trabajo que había tenido que realizar.

A pesar de lo aparatoso del fuego, los bloques de viviendas colindantes no tuvieron que ser desalojados, aunque sí que sufrieron daños en algunas de sus paredes por el efecto de las llamas y en especial del humo.


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