El lunes, mientras desayunaba, leía en la prensa local que el Alcalde anunció en FITUR que Ronda acogerá el “I Certamen Internacional de Cine Político”.
Con cuatro mil parados en la calle y la que está cayendo, y nuestros munícipes con mando en plaza, en vez de salir a buscar nuevas industrias que se instalen en Ronda y den trabajo, se dedican a “innovar” en el mundo cinematográfico. Parece un chiste. La noticia señalaba además que será el primer evento de esta naturaleza que se celebre en Europa, -y no me extraña-, porque “política” es casi todo en este mundo.
Me pregunto si por “Cine Político” se referirán a películas como “El Doctor Zhivago”, sobre la revolución bolchevique de 1917, a “Novecento”, la magistral película de Bertolucci sobre la Italia de principios del siglo pasado, o a “La Vaquilla”, de Berlanga, que parodia la Guerra Civil española; pero por lo visto sólo se aceptarán a concurso las películas rodadas en los últimos dos años. Debe ser para promocionar a los directores de “vanguardia” que realizan un “cine-denuncia” sobre la corrupción de los políticos (de la derecha, -claro-), pues dudo que en el festival se proyecten documentales que aborden el transfuguismo, el fracaso de la revolución cubana, la dictadura en Venezuela, o el sufrimiento del feto que se aborta impunemente gracias a la nueva ley aprobada en el Congreso.
A media tostada, aún creía que la cosa iba de coña, pero sigo leyendo y me entero que la directora del certamen será una tal Piluca Baquero, a la que no conoce ni Dios, (-por no conocerla, no la conocen ni en su casa a la hora de comer-). Mal empezamos. Aunque no soy cinéfilo, pero entiendo algo de cine y no me sonaba su nombre, me meto en internet para ver su currículo y me entero que la tal Piluca es la productora de películas tan “conocidas” como “En la puta calle” (1996), Lena (2001) o “El coche de pedales” (2003); películas que con seguridad en su día no batieron ningún record de taquilla (son dignos de leer los comentarios en la web sobre algunas de estas películas). Es lo que tiene el “progresismo” rampante que impera en estos tiempos… que es capaz de convertir un bodrio en cine de “arte y ensayo”.
Puestos a apostar por el cine, se debería potenciar la Bienal Internacional de Cine Científico antes de que sea demasiado tarde, porque aunque es el certamen decano del cine científico en España, -con más de treinta años de tradición ininterrumpida-, cada vez cuesta más organizarlo. Si no fuera por Unicaja, ya hace tiempo que habría dejado de existir, y una próxima fusión bancaria podría llevárselo a Málaga o Sevilla, donde tendría más repercusión. Pero claro, la cuestión es “innovar” para que nuestro ínclito Alcalde pueda dejar su impronta personal. Primero fueron sus “populares” estatuas, luego el malogrado Museo del Mueble Rondeño o el Centro Astronómico, y ahora un Certamen, -nada menos que internacional-, de Cine Político. Ahí es nada.
Lo mismo es que nuestros gobernantes piensan participar en el concurso. Si así fuera, podrían rodar “Bienvenido Mr. Lara”, sobre la toma del poder en el Ayuntamiento de Ronda, “El Gran Dictador”, “Toma el escaño y corre”, o… “Cañestro, ése hombre” (un remake de la película de Sáenz de Heredia sobre la figura del General Franco), o “2020, Una Odisea del Despacio”, un documental sobre la nueva carretera de Ronda a la Costa del Sol prometida una y otra vez por los socialistas. Con cuatro mil parados en nuestra ciudad, extras para el rodaje no les van a faltar.
Me pongo a pensar sobre el tema y unas veces me río (-las más-), y otras me dan ganas de llorar. Ya casi me lo imagino: En la sesión inaugural se abre el telón y aparece el Alcalde inaugurando el evento con pompa y boato. Sonrisas a la cámara, fotos de rigor y se cierra el acto con un ágape por todo lo alto. Sesión de clausura: “La Goyesca de Oro”, premio a la “Mejor Película Política” dotado con cincuenta mil euros (-de todos los rondeños, claro-), lo entrega el Alcalde por méritos propios. Sonrisas a la cámara, fotos de rigor y se vuelve a cerrar el acto con otro ágape por todo lo alto. Balance final: Déficit de ciento y pico mil euros… Son los riesgos de gobernar a base de impulsos y arrebatos.
Hablando de cine, y como dice Al Pacino en “El Padrino”, -no se trata de nada personal-, Antonio. Sé que a veces te molestan mis comentarios, pero con “ocurrencias” como estas es muy difícil callarse. Cuando a Ronda se llegue por autovía y se instale alguna industria que dé trabajo, mis hijos no tengan que emigrar a Málaga o Granada para estudiar, y cuando en vez de soportar una tasa de paro que ronda el treinta por ciento tengamos pleno empleo, yo seré el primero en felicitarte desde estas mismas líneas. Pero, hoy por hoy, con la que está cayendo, traerse a Ronda un festival de cine que ya nace politizado no parece una buena idea, y tampoco las arcas municipales están para muchos dispendios en premios y comilonas. Mientras tanto, cuídate. Un fuerte abrazo.
Antonio Sánchez Martín.