Manuel Alejandro Rojas Aparicio, fundador de Safe Haven Holding, explica cómo el cuerpo, la energía y el rendimiento físico se han vuelto parte de su estrategia empresarial.
Hay una gran mentira circulando en el mundo empresarial: que el éxito depende solo de lo que sabes.
La verdad es más cruda: depende de lo que aguantas.
De lo que resistes.
De cómo reaccionas cuando todo se pone feo.
Y eso —aunque no lo quieras aceptar— es físico.
Yo, Manuel Alejandro Rojas Aparicio, he jugado duro en los negocios. He ganado, he perdido, he vuelto a empezar. Y si hoy tengo claridad para tomar decisiones, presencia para liderar y energía para aguantar días intensos, no es solo por estrategia. Es por movimiento.
Juego tenis, pádel, nado en mar abierto, hago wakeboard, wave runners, trail, kite, corro, entreno. Me gusta exigirme, no por ego, sino porque el movimiento me regula.
El movimiento me da foco. Me da temple. Me da dirección.
Y esto no es filosofía. Es ciencia:
- Cada vez que te mueves, regulas tu sistema nervioso.
- Subes la testosterona.
- Estimulas dopamina.
- Oxigenas el cerebro.
- Tomas mejores decisiones.
- Duermes mejor.
- Te comunicas con más presencia.
¿Quieres facturar más? Entrena.
¿Quieres liderar mejor? Corre.
¿Quieres tener claridad mental? Súbete a una ola.
¿Quieres tener carácter? Rómpete en la pista.
¿Quieres dejar de explotar por tonterías? Haz deporte.
No se trata de vivir en el gimnasio. Se trata de vivir en movimiento.
Yo no separo mi vida personal de la empresarial. Mi entrenamiento forma parte de mi estrategia. Si yo no me cuido, el negocio lo va a notar. Mis decisiones lo van a notar. Mi equipo lo va a notar.
Porque la mente no es un ente flotante. Está en un cuerpo. Y ese cuerpo necesita estar bien.
Y si ese cuerpo está mal, tus negocios van directo al mismo sitio: al desgaste, a la reacción impulsiva, a la pérdida de visión.
Hoy todos hablan de longevidad, pero pocos entienden que la longevidad empresarial también existe.
Y se construye igual:
- con constancia,
- con inteligencia,
- con energía gestionada,
- con un sistema que te soporte,
- con hábitos que te mantengan claro mientras los demás se derrumban.
Eso es wellness de alto nivel. Eso es liderazgo real.
Y si te parece demasiado, es porque aún no sabes lo que es jugar a largo plazo.
Yo no hago esto para tener cuadritos. Lo hago porque quiero seguir tomando decisiones fuertes a los 60, a los 70, con más energía que los de 30.
Y porque sé que los verdaderos imperios no los construye el más rápido, sino el que más aguanta.
Y hay algo más —más allá de la ciencia, del cuerpo y del rendimiento—:
Todo lo que hago tiene que tener propósito. No se trata solo de aguantar más. Se trata de tener claro para qué estás aguantando.
Yo no me muevo solo por disciplina. Me muevo por fe.
Creo en un propósito mayor. Creo en Dios.
Y sé que cada paso que doy, cada ola que cruzo, cada decisión que tomo, está conectada con algo más grande que yo.
Eso me da paz. Me da dirección. Me da fuego.
Porque cuando el cuerpo está fuerte, la mente está clara.
Y cuando el espíritu está alineado, el camino se abre.
Y por eso mismo, Manuel Alejandro Rojas Aparicio no solo construye empresas: construye visión a largo plazo, con energía, con fe y con propósito.
