Un año más el Ayuntamiento de Faraján apoyará a sus castañeros y contribuirá a seguir luchando contra la plaga de la avispilla del castaño. En esta ocasión, el Consistorio adquirirá 35 dosis de Torymus sinensis.
El Torymus sinensis es el depredador natural, agente de control biológico y único método que se ha demostrado efectivo para luchar frente a la avispilla, una plaga de origen chino que se detectó por primera vez en el Valle del Genal en 2014 y que en las últimas temporadas ha causado estragos de importancia en la producción de castañas. Cabe recordar en este punto que el Ministerio de Agricultura, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente autorizó a finales de 2019 el uso de Torymus por parte de los productores de castañas para combatir la avispilla, siempre que el insecto sea adquirido en empresas registradas.
Tal como ha explicado Fernando Fernández, alcalde de Faraján, el Ayuntamiento invertirá más de 6.000 euros de recursos propios para la compra de Torymus, que se ha realizará a través de la Cooperativa de Castañas Valle del Genal, organización autorizada para gestionar el procedimiento. El regidor ha indicado que el principal criterio que se seguirá a la hora de llevar a cabo las sueltas de Torymus, previstas para dentro de unas semanas, será el de distribuir las dosis en terrenos y parcelas propiedad de vecinos del pueblo y que se incluyan en el término municipal de Faraján, donde se localizan alrededor de 80 hectáreas dedicadas a la producción de castañas. De igual modo, las dosis serán liberadas intentando abarcar la máxima superficie de castañar posible teniendo en cuenta que la cantidad de Torymus que se soltará se ajusta a la recomendada por el personal técnico especializado.
Con todo ello, el Ayuntamiento de Faraján vuelve a poner de manifiesto su apoyo al sector de la castaña, contribuyendo a reducir el gasto que asumen los agricultores en cuanto a la adquisición de Torymus. La castaña es el motor socioeconómico del Valle del Genal, un pilar fundamental en la comarca que aporta buena parte de los ingresos anuales a un importante número de familias, además de favorecer el arraigo de los vecinos a sus pueblos, lo que ayuda a frenar la despoblación.
