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Miguel Merino, 20 años de acalde de Pujerra y otros 13 como juez de paz

Sólo se ha visto obligado a mediar en tres ocasiones y que en todos los casos el asunto se resolvió amistosamente sin llegar a los tribunales

Miguel Merino, el juez de paz de Pujerra, en su despacho.

Miguel Merino es el juez de paz del municipio de Pujerra desde hace 13 años, aunque antes de desempeñar este cargo fue concejal de la primera Corporación democrática y después alcalde de la localidad durante nada menos que 20 años. Además, antes de realizar su labor como concejal, fue el mayordomo mayor de la Feria en honor a San Antonio de Padua, tarea que también desarrolla en la actualidad y mediante la que organiza, año tras año, el programa de actividades de las Fiestas Patronales en colaboración con el Ayuntamiento.

Como juez de paz, Miguel Merino dedica la mayor parte de su tiempo a realizar tareas burocráticas, a inscripciones de nacimientos, matrimonios y defunciones en el registro civil y a la emisión de los certificados que le demandan. Además, es el encargado de celebrar las bodas en el municipio. Debido a su experiencia, sus conocimientos y a sus ganas de hacer la vida más fácil a sus vecinos, Miguel es una persona muy querida por todos los pujerreños.

Merino ha explicado que la figura del juez de paz también se establece como la de un mediador entre personas que tienen un determinado conflicto, lo que en muchos casos contribuye a evitar una mayor saturación de los juzgados. En este sentido, en sus 13 años desempeñando el cargo, el juez de paz de Pujerra ha reconocido que sólo se ha visto obligado a mediar en tres ocasiones y que en todos los casos el asunto se resolvió amistosamente y sin necesidad de que ninguna de las partes iniciase un proceso judicial convencional.

En los últimos tiempos y desde diferentes sectores se está intentando apartar de su trabajo a los jueces de paz, lo que sería un grave error según Miguel, “ya que esta es una figura tradicional e influyente en los municipios que realiza una labor positiva para todos los vecinos”. En este punto, también ha recordado que llevar a cabo esta tarea es algo vocacional y de lo que no se puede vivir, ya que sólo se percibe una pequeña gratificación económica, aunque también la satisfacción de ayudar a otras personas.

Como dato significativo, Merino ha añadido que en los últimos años se han registrado más nacimientos de lo habitual en el juzgado de paz de Pujerra, lo que es una buena noticia y una garantía de futuro para el municipio. En su oficina, el juez de paz guarda celosamente archivos que datan desde el año 1877 hasta la actualidad, aunque faltan algunos documentos que fueron destruidos durante la Guerra Civil Española.


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