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Plantas de la Serranía de Ronda: Azafrán de Sierra Nevada (Crocus nevadensis)

Todos los Crocus cuentan un bulbo que se esconde bajo la tierra, llamado cormo, el que encierra los nutrientes de la planta

Imagen de una de estas plantas tomada en la Serranía. Foto Gonzalo Astete.

El Crocus nevadensis, pertenece al género de los Crocus, un género de plantas bulbosas, perteneciente a la familia Iridaceae, el que se encuentra integrado por más de 80 especies, ampliamente distribuidas por Europa. De los diferentes tipos de crocus, tan solo es utilizado con fines culinarios el llamado azafrán (Crocus sativus), mientras que los restantes son utilizados de modo fundamental con fines ornamentales, principalmente en jardinería, debido a que por ser tan variables en su época de floración y de colores tan brillantes el género de los crocus es muy apreciado.

Este bulbo se creyó durante algún tiempo que solo se localizaba en este macizo montañoso de Sierra Nevada, pero es un endemismo iberonorteafricano, que se localiza en el sureste de la Península Ibérica y norte de África. En la Serranía de Ronda las citas son muy escasas.

Se trata de una planta bulbosa, de la familia de las iridáceas, que raramente supera los 15 cm. tiene hojas basales, sentadas, estrechas, que están presentes ya en la floración. Sus flores son solitarias, de unos 4-5 cms. de longitud, con forma de tubo cuya parte inferior es subterránea, de pétalos blancos surcados por venas de color violeta muy atractivo. Florece muy temprano, normalmente a partir de febrero coincidiendo con las primeras retiradas de las nieves del invierno, aunque también puede localizarse en floración sobre la misma nieve.

Las flores del Crocus nevadensis a veces son abundantes, como ocurre en el macizo central de la zona caliza de la Sierra de Baza, en torno a los 2.000 metros de altitud, formando una alfombra blanca entre los prados de montaña o los bordes de bosques, aun cuando también se ha localizado este bello bulbo en piso bioclimáticos inferiores, en torno a los 1.400 metros de altitud, en la Serranía de Ronda incluso se ha localizado a más baja altitud, pero siempre en suelos con cierta humedad edáfica .

Todos los Crocus cuentan un bulbo que se esconde bajo la tierra, llamado cormo, el que encierra los nutrientes de la planta, esto es, sus reservas para la época en que desaparecen las hojas de la planta y queda completamente bajo tierra.

Como la polinización de los crocus es entomófila, esto es, provocada por insectos, la precoz floración de esta planta, cuando no ha desaparecido el invierno y por tanto está bajo mínimos la fauna de insectos, aprovecha los días soleados para abrir sus flores invitando a los insectos a que la visiten, mientras que en los días lluviosos o con nubes  cierra los pétalos, para proteger la flor formando un tubo, a la espera de mejor ocasión para la polinización.

Se conocen más de cien especies y subespecies de crocus, de las que se cultivan unas 30 para su uso en jardinería.
Bibliografía: www.sierradebaza.org


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