Opinión

Memoria/Gerena (Francisco Pimentel)

Manuel Gerena es cantaor flamenco pero sobre todo es un hombre del pueblo, bueno, noble y comprometido con la causa de la libertad, la igualdad y la fraternidad hasta el punto de que toda su vida está condicionada por su compromiso moral y ético con su clase, la de los trabajadores, y con el desarrollo de una sociedad sin las lacerantes desigualdades, miseria y guerra que provoca el capitalismo.

Gerena nació en 1945 así que nos llevamos pocos meses y por lo tanto hemos vivido la misma época del franquismo represor, aniquilador, alienante y será por eso que cuando hablamos nos entendemos tan bien. Lleva más de 50 años cantando por la libertad y la justicia y por eso lo calificaron de rebelde y rojo, igual que hicieron con nuestros familiares republicanos para justificar las desapariciones y fusilamientos.

Manuel nacido en la Puebla de Cazalla dejó pronto el colegio para trabajar. Fué jornalero, repartidor, electricista… situación dura para su edad que fue modelando su pensamiento y su personalidad, conciencia social y una rebelde indignación ante la injusticia que en 1967 se le hizo incontenible. Fue entonces cuando decidió dedicarse de lleno al flamenco convirtiéndolo “en su arma cargada de futuro” puesto al servicio de la lucha por la libertad que estaba amordazada. Su primer concierto tuvo lugar en Alcalá la Real en 1968. Luego realizó una gira por ciudades alemanas pobladas de emigrantes españoles y conoció en París a Paco Ibáñez, a quien acompañó en varios conciertos.

Decía Antonio Burgos que los flamencólogos le negaban el pan y la sal y que lo proscribieron. Nunca estaba en el cartel de ninguno de los festivales flamencos que se organizaban por toda Andalucía y por la Andalucía de Cataluña y de los pueblos del cinturón industrial de Madrid. La traición de la memoria puede presentarnos al flamenco, en bloque, como una rebelión contra la dictadura en los últimos años del franquismo, cuando la realidad no era así. Sólo se escapaban José Menese y Manuel Gerena que padecía una doble proscripción. A José Menese los flamencos oficialistas le reconocían valor artístico aunque no les gustaba lo que cantaba. A Manuel Gerena ni eso y lo estigmatizaban con lo peor que podía decirse en la dictadura nazi-franquista: que era “un rojo”. Y Manuel Gerena comprometido y desafiante salía a cantar con una camisa roja, sin la chaqueta que todos los cantaores se ponían como un vasallaje a su reconocimiento del poder dictatorial. Manolo Gerena, cantando en mangas de camisa roja en el salón de actos de un colegio mayor, de una asociación de vecinos, de un colegio profesional, era la demostración de que el flamenco podía ser otra cosa.

De Manuel Gerena nos importaba que cantara “cuándo llegará ese día” porque entonces toda la sala se ponía en pie, puño en alto, y empezaba a gritar “libertad, libertad, libertad”. Aquí no teníamos “nova cançó” pero teníamos a Manuel Gerena, que era nuestro Serrat, nuestro Pi de la Serra y nuestro Lluis Llach. Lo calumniaban diciendo que no sabía cantar pero los de la Brigada Político Social bien que se quedaban con su cante, que eran los más fieles asistentes a sus recitales, deteniéndolo y llevándolo muchas veces al Tribunal de Orden Público, que era para nosotros como si le hubieran dado las llaves de oro del cante.

Blas de Otero escribió: «Manuel Gerena canta de los pies a la cabeza del cuerpo y del alma, y el cante queda vapuleado y vapuleado queda el que lo escucha. Y sus letras sencillas, pero profundas, son auténtico viento del pueblo».

Caballero Bonald dijo: «… como lo que cantaba eran verdades como puños, intentaron amordazarlo con los puños de la mentira. Una consabida barbarie a la que respondió Gerena con la táctica consabida de la resistencia. No lo pensó dos veces y, con las únicas armas del cante, montó su guerra privada contra la tiranía».

Rafael Alberti: «La coplas que a ti te salen, te salgan como te salgan, valen. Porque tú no estás, ni estamos, para fuegos de artificio cuando apenas respiramos. Escribir para cantar… cuando se canta, lo escrito ya pertenece a la mar. Te llamas Manuel Gerena ¡qué bien consuena tu nombre con la pena! La pena que es valentía cuando no dejan al pueblo más que pena y agonía. Pena grande que quebranta los huesos si al pueblo ponen una soga en la garganta. Canta muchacho andaluz, porque tu cante a la sombra le quita cruz y da luz. Canta y sigue, por delante de ti se abre toda España a la honda voz de tu cante».

Ahora en el 79 aniversario del comienzo de la huía desde el Campo de Gibraltar, Ronda, Antequera, Marbella hacia Málaga y Almería nuestra asociación con dirección general de la memoria está haciendo las gestiones para hacer un acto cultural con investigadores de aquellos sucesos y con los cantes a la verdad, la justicia y la reparación de Manuel Gerena.


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