Cultura y Sociedad

El gluten como enemigo diario

Gonzalo se enfrenta a infinidad de obstáculos alimenticios sobretodo cuando pisa la calle. Tiene que tener previsto hasta ir a comulgar, «la Iglesia no acepta obleas de maíz»

Gonzalo Cabanillas y su padre Antonio junto a productos sin gluten en la cocina

El desayunar o merendar fuera de casa para Gonzalo Cabanillas, al no haber pan sin gluten casi en ningún sitio, se presenta todavía como una realidad lejana cada vez más acortada en el tiempo gracias a la labor que realiza la Asociación de Celíacos de Málaga (ACEMA) y el grupo de familias afectadas en Ronda. Este pequeño rondeño de 9 años, empezó a mostrar al año y medio de edad síntomas tales como la diarrea, desgana a la hora de comer e hinchamiento del estómago. Indicios comunes de personas intolerantes al gluten. Por lo que empezó a ser diagnosticado como persona celíaca desde los 2 años, pudiendo continuar con sus actividades diarias pero teniendo que variar su ámbito alimenticio.

“Un virus fue lo primero que nos dijo el médico, pero la sobrina de una de mis compañeras es celíaca y me dijo que padecía los mismos síntomas”, nos cuenta Silvia Godino, la madre. Una analítica donde se mostraba el resultado esperado, aunque no tanto por el médico, le llevó a cambiar sus hábitos y emprender una nueva dieta estricta sin gluten que desembocó en una evolución sorprendente. “Cuando le diagnosticaron, mi hijo parecía otro, en tan solo una semana comiendo bien, engordó siete kilos en once meses y creció once centímetros”. Todos los alimentos portadores de gluten, proteína presente en algunos cereales como el trigo, la avena, la cebada y el centeno, tuvieron que ser restringidos.

La calle es el problema

La dificultad a la hora de realizar escapadas en familia, de comer fuera de casa o de asistir a fiestas de cumpleaños de amigos, por ejemplo, eran situaciones frecuentadas por la familia de Gonzalo. Silvia recuerda la ‘pelea’ que vivían él y su marido, sumada al apuro, que vivían al enfrentarse a los bares con la nueva situación: “Siempre sabemos donde vamos a comer porque ya conocemos ciertos sitios, pero antes teníamos que meternos en las cocinas a hablar con los cocineros y a ver como preparaban las comidas”.

Antes de salir a cualquier sitio la “previsión y organización” es vital y salir de viaje lleva a establecer una ruta personal de establecimientos para que Gonzalo disfrute de una dieta sin gluten variada, aunque “muchas veces no sabemos donde ir”.

El adaptarse a las limitaciones que conlleva ser una persona celíaca se supera en el día a día. Gonzalo emprende la vida de un chico normal: acude al colegio todas las mañanas y muchas de sus tardes las pasa practicando tenis, su deporte favorito. Su responsabilidad llega a tal punto que ante la duda frente a algún alimento, asegura pasar hambre. “Él lo lleva muy bien” comenta el padre “pero como padre y como madre se pasa canutas en algunas situaciones como cuando ves a todos comiendo algo que él no puede o él se encuentra sin nada”. Tantas son las limitaciones que hasta hay que tener previsto que vaya a comulgar: “Tuvimos que recoger unas obleas de maiz que nos trajeron desde Granada, pero la Iglesia no las acepta al no ser de trigo”. Al ser consagradas con vino, alcanzan su validez.

En cuanto al precio de la mayoría de los productos, este es superior al de los normales, llegando a doblarlos. La familia cuenta que otro de los problemas es que la mayoría de los alimentos se venden congelados: “Tenemos que traerlos en una nevera, llena de hielo para que no se pongan malos ya que los compramos fuera de Ronda”. Tener tarta congelada para que Carlos pueda tomarse su correspondiente trozo en los cumpleaños de sus amigos, tostadoras a parte para él en las casas de sus abuelas, sartenes distintas para freír su comida y la de la familia, ir a Churriana expresamente para comer los únicos churros de Europa sin gluten o pedir roscón de reyes procedente de Madrid son algunas de las actuaciones o previsiones de la familia Cabanillas-Godino.

Mayor concienciación

Ronda, tras unirse a la red de establecimientos sin gluten abrirá las puertas a los celíacos, una red que en la restauración malagueña está causando muy buena sensación porque ofrece la máxima garantía. Silvia expresa que “con que de 20 establecimientos se metan 3 o 4 nos vale a nosotros y a todos los visitantes que vienen con miedo sin saber donde comer con total libertad”.
“La mayoría de los médicos no saben ni lo que tienen que comer las personas celíacas, te dan un tríptico con el número de la asociación”, comenta Silvia sorprendida. La labor de las distintas asociaciones ha sido y es indispensable. ¿Qué significa ser celíaco? ¿Personas qué no pueden tomar azúcar? Son preguntas que ya no se cuestionan tantas personas como antes. “Desde hace tres años, las personas se están concienciando, dan a conocer sus casos y la cosa va avanzando”. En Ronda hay 35 familias reconocidas que forman parte de ACEMA y que trabajan y exponen sus ideas y vivencias a través de reuniones particulares. Silvia, también portavoz de este grupo, reconoce que “hay gran número de familias que no están asociadas y por tanto no se puede establecer un control estricto del número existente”.

La sensibilidad de los familiares, amigos y personas cercanas hace que la solidaridad con Gonzalo sea extrema, aunque ser celíaco no suponga un problema grave. La situación está mejorando, aunque, de momento, la calle continúa siendo una carrera de obstáculos a sortear. Sin embargo, como el médico le dijo un día a su madre: “Si tenemos que tener algo, que seamos celíacos”.


Un comentario en “El gluten como enemigo diario

  1. Jose antonio

    Buenas tardes soy padre de hijo celiaco y a ese padre le digo que tiene razon en todo y ademas es un infierno cada vez que sale de casa nosotros en casa lohacemos todo churros hamburguesas ……..
    Esperemos que casa vez haya mas conciencia por parte de los restauradores

    Saludos

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