Opinión

¿Equipo? de Gobierno (Javier Flores)

“En el Ayuntamiento todo está bien, no hay problema”. Es la respuesta que suele darme con frecuencia un colaborador del equipo de gobierno cuando le pregunto de forma bastante frecuente y, lo reconozco, no con poca guasa, cómo andan las cosas por el Consistorio.

Lejos de la versión oficial imperante, desde hace unos meses, aunque el distanciamiento entre la alcaldesa, María de la Paz Fernández (PP) y la primera teniente de alcalde, Isabel Barriga (PA) ya venía de lejos, la líder y candidata andalucista parece haber puesto la proa de sus cañones hacia sus socios de gobierno y todo aquello que esté relacionado con el Partido Popular.

Barriga no se ahorra críticas en público hacia sus socios de gobierno, esta semana hemos tenido dos ejemplos en la entrevista realizada por la radio municipal y Canal Charry, mientras no deja de resaltar la buena disposición de la Junta de Andalucía y las felicitaciones que dice recibir por parte del Gobierno andaluz al trabajo que se está realizando a su gestión en Turismo. Igual soy mal pensado, pero parece un guiño claro hacia sus posibles socios de gobierno en la próxima legislatura. Sí, lo tengo claro. Igual que estaba cantado un pacto entre populares y andalucistas en las pasadas elecciones si la aritmética municipal lo hacía posible, como así terminó ocurriendo, en las próximas elecciones el enemigo común parece el PP y el pacto entre PSOE y PA parece más que cantado. Si Marín Lara lo permite, claro.

La posible presencia en las elecciones del exalcalde podría dar un vuelco inesperado al panorama político y hacer que los andalucistas dejen de ser la fuerza imprescindible para la configuración de un pacto de gobierno, una posición que se había reforzado tras el anuncio del candidato de IU, Alvaro Carreño, de que es partidario de no pactar con listas que lleven a personas del entorno del caso Acinipo, en una clara alusión al PSOE.

Puede que Barriga encuentre un enemigo político imprevisto en el que fuese su mentor, y es que parece que Marín Lara no perdona algunas de las actitudes y acciones de la que fue su pupila.

Visto el tema, en estos meses que nos quedan hasta las elecciones parece que tendremos de todo el mundo de la política rondeña, menos una cosa, un equipo de gobierno. Y eso que desde el PP callan y hasta el momento no han optado por responder a las provocaciones de sus socios de gobierno, quizás también por estrategia y no por falta de ganas. Está claro que en un guerra abierta con el PA los populares tendrían todas las de perder y son sabedores que el papel de víctima sería muy fácil de asumir por los andalucistas. Y ese papel siempre suele dar más rédito. Por una tendencia natural el ser humano suele posicionarse de parte de más pequeño e indefenso frente al grande.

Poco parece que queda de aquella imagen de la noche de las elecciones en las que Fernández y Barriga se abrazaban tras sentirse vencedoras frente a Marín Lara. Y nada parece que indique que dicho distanciamiento y rifirrafe interno vaya a menos. Todo lo contrario. En los últimos días las maniobras en el palacio municipal indican que van por el camino distinto al de la reconciliación, más bien todo lo contrario, tener pruebas para usar en caso de separación.


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