Entrevistas

Hermana María, impulsora del Economato Social: «Hemos visto niños agarrarse al ColaCao como si hiciera años que no lo vieran»

La Hermana María en su despacho del Colegio de Las Esclavas.

La Hermana María nos recibe en su despacho del Colegio de Las Esclavas, y aunque es reacia a las entrevistas, se muestra tan amable con nosotros como lo hace diariamente con las personas que acuden al Economato Social de la Asociación El Buen Samaritano, del que ha sido la gran  impulsora.

¿Cómo valora el funcionamiento del economato en estos primeros meses?
Lo valoro de forma muy positiva, aunque todavía no llevamos ni cuatro meses funcionando. Pero en este tiempo hemos podido ayudar ya a cuarenta familias,  a las que además mantenemos durante cuatro meses, porque esto no es algo puntual. Así que creemos que todo está yendo muy bien.

¿Cómo surgió la idea?
La verdad es que fue difícil poner en marcha este proyecto porque ninguno éramos expertos en estos temas. La idea nació de un grupo de personas, que queríamos hacer algo para intentar paliar la situación que estábamos viendo que existía en Ronda. Así que miramos lo que estaban haciendo otras asociaciones fuera de Ronda, como la Fundación Corinto de Málaga, y tratamos de hacer algo parecido. Lo que pasa es que ninguno teníamos experiencia en este ámbito, y además unos tenían más trabajo y no tenían mucho tiempo libre, otros tenían menos… Pero asesorándonos con otros colectivos y trabajando mucho hemos ido dando pasitos hasta llegar a hoy.

¿Le ha sorprendido la respuesta de los voluntarios?
Muchísimo. Se nota que la gente está muy concienciada e incluso antes de abrir ya teníamos cuarenta voluntarios para trabajar en el economato, y realizar las diferentes funciones: limpieza, mantenimiento, carga y descarga… Y hoy en día somos más aún. Y después también hay personas que están colaborando económicamente, bastante más de lo que esperábamos.

¿Y esperaban que el proyecto fuera a crecer tanto como lo está haciendo?
Bueno, sabíamos que debía ser algo grande porque había mucha gente que necesitaba un proyecto de estas características debido a la situación tan difícil que estamos atravesando. Y todavía tenemos a mucha gente en espera.

Los usuarios suelen salir del economato con una sonrisa por la ayuda recibida. Imagino que eso debe ser muy satisfactorio.
Eso es lo más satisfactorio para nosotros. Lo más grande es cuando vemos tantas familias que llegan y se van satisfechas y con los carros cargados. Y el trato entre ellos y los voluntarios también es muy bueno, de mucho cariño y solidaridad. Porque ya nos conocemos todos y somos como una familia. Así que tratamos de que la gente se vaya muy contenta.

¿Reciben muchas peticiones que no pueden atender?
Muchísimas. Ahora mismo les decimos a las familias que nos dejen los papeles pero que de momento no podemos atenderlas. Pero esa es nuestra pena, que cada día tenemos una cola de gente en la puerta preguntando si les podemos ayudar y qué tienen que hacer para ello. Unas veces son ellos mismos y otros mandan a alguien en su nombre porque les da vergüenza.

¿Cómo está siendo la respuesta de las instituciones y de las personas anónimas a la hora de colaborar?
No hay mucha gente que colabore, la verdad. Hay un grupo grande pero podían ser más. Y en cuanto a instituciones, las que más están colaborando son La Caixa y Unicaja. Y también las hermandades. No todas, pero la mayoría. Y luego también nos han ayudado los Reyes

“No esperábamos tan buena respuesta del pueblo de Ronda como la que hemos recibido en estos meses”

Magos de las pasadas navidades, y la Junta de Andalucía, a la que pedimos una subvención, de la mayor parte la tenemos que destinar  para la promoción del voluntariado. Y siempre hay alguna persona anónima que llega y que te da algo, pero creo que podrían ser muchos más.

¿Cómo se puede colaborar con el economato?
Si es económicamente, nos pueden pedir el número de cuenta para que nos ingresen, o preguntar directamente en La Caixa o en Unicaja. Se puede ingresar lo que sea: cinco euros, diez… Lo que sea, porque gota a gota podemos hacer mares. Y para colaborar como voluntario se pueden dirigir al economato los lunes y martes por la mañana, cuando alguno de nuestros voluntarios les podrá atender.

¿Creían que el pueblo de Ronda se iba a volcar tanto?
Tanto no lo esperábamos. Nos sorprendimos muy gratamente, porque pensábamos que algunos conocidos y allegados nuestros nos ofrecerían su ayuda, pero no esperábamos tanta gente que quisiera colaborar de forma altruista.

Ahora mismo abren ustedes dos días en semana. ¿Se plantear ampliar ese horario?
Creemos que ahora mismo es suficiente, porque tenemos a las familias divididas, de forma que la mitad va el martes y la otra mitad el jueves. Y la mayoría se gasta todo el crédito del mes en la primera semana, que es cuando puede haber un poco más de movimiento, y el resto de días se va gastando el resto poco a poco.

¿Hay familias que no piden su ayuda o la de otras instituciones por vergüenza?
Sí, hay muchas familias así. Porque muchas de las que sí acuden nos hablan de otras que conocen pero que no se atreven a pedir ayuda porque les da vergüenza. La mayoría son familias que hasta hace poco vivían bien, con sus trabajos, pero ahora por la crisis lo están pasando mal y les da reparo que se conozca esa situación.

¿Es posible mantener este proyecto a largo plazo?
Tiene que ser posible, no queda más remedio.

Se la ve muy optimista.
Sí, porque estoy convencida de que toda Ronda va a colaborar para salvar la situación. Mientras que haya necesidad, no podemos hacer otra cosa. Esto tiene que seguir adelante y crecer para que podamos ayudar a tantas personas que lo necesitan.

El economato solo cobra el 25% del precio de cada producto.
Eso es, cobramos el 25% de lo que nos cuestan a nosotros los productos que compramos en las tiendas o las fábricas. Y el 75% restante lo pone la asociación.

Se están centrando especialmente en alimentos básicos y productos de higiene y limpieza de primera necesidad. ¿Podrían ampliar un poco la oferta en un futuro?
Ahora mismo es complicado, aunque sí tenemos en mente ofrecer algunos productos perecederos, ya que ahora sobre todo vendemos los no perecederos. Por ejemplo huevos o lácteos, que hacen mucha falta en las casas y que ahora mismo no podemos tener porque no

“Hay muchas familias que no  se atreven a solicitar nuestra ayuda porque les da vergüenza”

nos da. Tenemos que pagar también la luz y otros gastos y tampoco tenemos sitio para ello. Sí tenemos pan, por ejemplo, pero otros productos que necesitan frío no nos lo podemos permitir ahora.

En este tiempo habrá vivido algunos momentos muy emotivos. ¿Recuerda alguno en especial?
Sí, son muchos momentos así. Cada vez que viene una familia se produce un momento así. Hemos visto niños agarrarse al ColaCao y no querer soltarlo porque no lo veían desde hacía mucho tiempo. Y otros que cogían un sobre de sopa e iban corriendo a enseñárselo a su madre como si fuera lo más grande para ellos.

¿Qué opina de esta sociedad que nos tiene en estos límites?
Creo que al menos vamos aprendiendo para que en el futuro seamos una sociedad más justa y a cooperar más unos con otros. En eso seguro que nos va a ayudar esta crisis.

El trabajo que cada día hacen los voluntarios también debe ser muy gratificante.
Sí, por supuesto. Hay un grupo de voluntarios buenísimos, que echan muchas horas. Las suyas y las de los demás, porque siempre se muestran dispuestos a trabajar a la hora que sea. Es algo muy gratificando.

Y los beneficiarios del servicio también están volcados en el proyecto.
También son muchos los que colaboran, sí. E incluso hay gente que lo está pasando fatal y ha renunciado a ser beneficiario para que sean otras personas las que se puedan beneficiar. Y no solo eso, sino que además también colaboran económicamente con lo poco que pueden.

¿La gente más humilde es la más solidaria?
Sin duda. El segundo mes a una familia les surgió un trabajo, muy pequeñito, pero quisieron dejar su carnet a otros que lo estuvieran pasando peor. Y esos casos te dejan descolocada.

Ustedes trabajan mucho, pero yo que he tenido la oportunidad de ver la actividad del economato, he podido comprobar que también disfrutan y se lo pasan bien.
Sí, sufrimos pero también lo pasamos muy bien.

¿Se sufre mucho enfrentándose a esas realidades?
Mucho, sobre todo al ver las caras de necesidad de los niños. Muchas veces hasta te tienes que dar la vuelta porque se te caen las lágrimas.

¿Le ha defraudado alguna institución que le haya negado su colaboración, o que incluso no le hayan dado una respuesta?
Bueno, hay algunas que no nos han respondido, sí. Y la verdad es que eso duele.

Poco a poco el proyecto va teniendo más repercusión. ¿Hasta donde cree que puede llegar?
Hasta donde llegue el dinero, porque yo creo que el número de familias va a ir cada vez a más. Así que vamos a crecer hasta donde lo permita la ayuda de la gente. Ahora estamos trabajando para sacar dinero de otros sitios, pero no nos podemos rendir.

¿Qué opciones se plantear para lograr más financiación?
Todavía no lo tenemos claro, pero tenemos tres comisiones distintas trabajando en la junta directiva para planificar tres actividades diferentes que queremos hacer antes del verano. La idea es que de una forma u otra podamos llegar al máximo número de personas posible.

¿Sigue aumentando el número de voluntarios?
Sí, casi todos los días nos llama alguien que quiere colaborar.

Como en todas nuestras entrevistas, el último minuto es para que añada lo que quiera.
Me gustaría agradecer la labor de todas las personas e instituciones que están colaborando, tanto económicamente como con su tiempo. Y por supuesto, pedir a todo el que pueda aportar algo, ya sea dinero o tiempo, que lo haga porque nos hace mucha falta.


Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Te pedimos la "MÁXIMA" corrección y respeto en tus opiniones para con los demás

*