Cultura y Sociedad

El conservatorio de música invadido por los murciélagos

Una colonia de cientos de ejemplares tuvo que ser desalojada por técnicos de Medio Ambiente.

La música amansa a las fieras, dice un viejo dicho, aunque parece que también las atrae. Al menos, eso es lo que ha ocurrido en el Conservatorio Elemental de Música de Ronda, que ha sido invadido por una colonia de cientos de murciélagos.
La habilidad de estos quirópteros voladores ha provocado que hayan permanecido en el interior del edificio sin ser detectados, aunque sus excrementos han terminado por delatar su presencia. Eso sí, pocos podían pensar que estos temidos animales, satanizados por la mayoría, eran los que habían decidido ubicar su residencia en tan relajado ambiente, con música de diversos instrumentos durante buena parte del día.

Al detectar la presencia de numerosos excrementos, los responsables del centro creyeron estar ante un problema de roedores, por lo que decidieron acudir a una empresa especializada para tratar de solucionar el posible problema. La sorpresa fue mayúscula, al descubrir que se trataba de toda una colonia de murciélagos. Fue entonces cuando se comunicó su presencia a los responsables de Medio Ambiente para conocer qué tipo de actuación podría realizarse.

Precisamente, al tratarse de una especie protegida se debía conocer primero si habían finalizado la época de cría, algo que técnicos de Medio Ambiente pudieron comprobar que sí se había producido, una vez que pudo ser determinada la especie exacta. Fue entonces cuando los propios efectivos de Medio Ambiente procedieron al desalojo de una colonia que, dado el reducido espacio se pensaba mucho menor, aunque terminaron saliendo cientos de murciélagos de la grieta que se había abierto en una de las paredes del centro.

Ahora toca cerrar la improvisada casa de estos animales, a la que algunos de ellos volvieron al día siguiente, ya que, de lo contrario, lo más probable es que vayan regresando todos nuevamente.

La presencia de los murciélagos no ha producido ningún tipo de contratiempo, aunque se tomó la decisión de desalojarlos ante la posibilidad de puedan transmitir enfermedades, dado el elevado número de ejemplares que se habían concentrado.


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