Opinión

La grúa, a saco (Editorial)

La actuación de la grúa municipal deja mucho que desear en algunas ocasiones. Aunque dentro de la legalidad por la aplicación estricta de la legislación, algunas de las retiradas de vehículos se parecen más a un claro intento recaudatorio que a una verdadera acción para mejorar la circulación o posibilitar la llegada de las mercancías a los distintos establecimientos. Esperar a que se supere el tiempo máximo de estacionamiento permitido en esta zona regulada, para seguidamente retirar el vehículo de una empresa que estaba trabajando en la zona centro, parece que llega el límite de lo ético, por mucho que pueda estar dentro de la más absoluta legalidad.

La acción de algunos agentes de la Policía Local, que son los encargados de ir en la grúa y ordenar la retirada de los vehículos, acaban con la buena imagen que se labran la mayoría de ellos, con comprensión y mano izquierda, posibilitando que un vecino pueda parar unos minutos y dejar rápidamente un encargo, recoger un paquete o facilitar la labor de los trabajadores de distintas empresas. Nunca el bolígrafo como medida represiva hacia el bolsillo es una buena opción. Lo ideal es que la acción del bolígrafo esté encaminado a subsanar problemas, evitar riesgos y mejorar la circulación. Aunque al afinado bolígrafo de algunos parece que se le olvida.


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