Cultura y Sociedad

Dulces con estilo y nombre propio

La empresa rondeña Daver crea una franquicia para sus pastelerías con dulces de diseño

Línea de pasteles elaborados en el obrador de Daver

Diseño y estilo propio. Bien podría ser el slogan de una marca de moda, pero es la señal de identidad de la pastelería rondeña Daver, que ha logrado conjugar tradición e innovación dentro del nada fácil mundo del dulce. En este aspecto está uno de los secretos de su éxito y de la reconocida reputación de calidad que tiene en la ciudad del Tajo. A ello se une que el 95% del género que ofrecen se elabora de forma artesanal en sus instalaciones, hasta el punto de que algunos de ellos tienen nombre propio: Sacha, Ópera, Nuria o Jacobo, son algunos de ellos.

Ahora, en plena crisis económica y con buena parte de las empresas españolas en números rojos, sus responsables han tomado la decisión de abrir una nueva vía de crecimiento, mediante la puesta en marcha de una franquicia para su marca de pastelerías. La primera de las cafeterías ya se encuentra abierta en Ronda, lo que hace que ya sean tres los locales que tienen este particular sello en sus pasteles, siendo los otros dos de su propiedad. “La verdad que ha sido de forma casi casual”, dice con tono de humildad su gerente, David Verdú, al explicar que fueron los propietarios del local los que les propusieron la apertura de una cafetería con sus pasteles en el céntrico hotel Polo. Fue entonces cuando pensaron que la idea podría tener éxito y decidieron dar el paso para abrir el primero de los locales de este tipo. En sus manos quedó la distribución del local, el tipo de máquinas que deben tener y la decoración del mismo, tanto exterior como interior. “Todo tiene que ser lo más parecido a nuestras cafeterías, aunque adaptándonos a las condiciones particulares de cada local”, explica Verdú. En la exposición de los pasteles en las vitrinas se cuida hasta el mínimo detalle, desde la zona de ubicación hasta el número de pasteles por bandeja o el color de la tabla utilizada. Además, el personal también tiene que pasar por un curso de formación.

Pero la sorpresa de los responsables de Daver ha sido mayor al recibir la primera petición del exterior, en concreto, de la capital de provincia. Ya han tenido los primeros contactos para la posible apertura del primero de sus locales en Málaga, una vez que han comprobado que el transporte necesario para el suministro diario de los pasteles no representa un gran problema.

Abrir una pastelería Daver tiene un coste de unos 30.000 euros en maquinaria, a lo que se debe añadir el coste del acondicionamiento del local, que oscila en función de las características y dimensiones de la futura pastelería.


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