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Atajate, único municipio malagueño sin niños menores de tres años

La realidad desmiente a la estadística oficial que se daba a conocer en las últimas semanas. En sus calles si juegan y corren pequeños que dan alegría al municipio

Una pequeña corre por la calle principal del municipio de Atajate

Las calles de Atajate, el municipio más pequeño de la provincia de Málaga, suelen presentar una imagen vacía y es complicado encontrar a alguno de sus vecinos paseando por el pueblo. Pero mucho más raro resulta el ver a niños con sus padres, amigos o simplemente jugado. Una tranquilidad que a los vecinos ya les viene grande. “Dicen que a los mayores nos gusta la tranquilidad, pero tampoco tanta”, dice Fernando Carrasco, que como cada día se encuentra en la plaza del pueblo conversando con un grupo de amigos. Reconoce que durante la semana hay pocos niños en la calle, aunque “venga usted el sábado, que no se puede estar en la plaza”, afirma entre risas. Ese día los pequeños de la localidad y aquellos que llegan de fuera a visitar a sus familiares suelen jugar en este espacio público. “Aquí están más controlados y se lo pasan mejor que en el campo de fútbol del colegio”, asegura José Téllez, otro vecino mayor de Atajate.

Ambos ponen rápidamente en duda la estadística oficial sobre la ausencia de niños de entre 0 y 3 años en la localidad. “Aquí sí hay”, afirman casi al unísono al ser preguntados. A partir de este momento recordatorio de los pequeños que hay en el pueblo y sus posibles edades. La conclusión es clara. Sí hay niños de esas edades en Atajate.

Uno de esos casos lo representan Lucía y Ainoa, dos hermanas que todavía no alcanzan los tres años. Su madre, Wendy Moreno Hogarth, también desmonta rápidamente la estadística oficial. Al menos hay otros cuatro niños más en el pueblo que no alcanzan la edad de 3 años. Ella reconoce la dificultad de tener que criar a un niño en un municipio tan pequeño, al no disponer de servicios como puede ser una guardería. “Aquí tenemos que recurrir a los tíos y a los abuelos”, explica Wendy, que apunta que para los más pequeños también es complicado vivir en un pequeño municipio al existir dificultades para encontrar niños de esas edades con quien poder jugar.


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