Paquita tenía 7 años en el 36 y ha guardado en su memoria el sufrimiento de su familia y especialmente de su madre, que le pidió que no dejara de escribir lo que habían pasado para que algún día se supiera la verdad.
Ahora Paquita me ha dado un cuaderno viejísimo, su memoria escrita, sin olvidar ni antes desvelar.
…Mis padres eran muy humildes, mi padre era agricultor, mi madre sabía hacer labores primorosas y era una excelente charcutera. También era muy buena cocinera. Por eso era reputada en Ronda y la gente rica la llamaban para hacer esas cosas… Mis padres a pesar de todo eran muy felices con sus tres hijos, pero me vino a caer la poliomielitis, que en aquellos tiempos le llamaban parálisis infantil, un virus que el que no se moría se quedaba inválido… Fueron a don Luis Centeno, médico bueno y famoso, de muy buen corazón que asistía tanto a pobres sin una peseta como a quien tenía dinero y les regalaba los medicamentos, que ése fué mi caso…
…Ya estábamos en 1936. Y el 18 de Julio… qué ruina… un día después de bombardeos y horror, pusieron camiones para refugiar a mujeres y niños en la sierra… así que mi padre dijo a mi madre que se marchara con los niños pequeños y mi abuela…Mi madre miraba volver a Ronda, pero era imposible…había un cordón de gente que escapaba del peligro y así estuvimos un mes pero a Ronda no dejaban volver… una noche de madrugada mi madre escuchó una voz que decía mamá, mamá…creía que era su hijo mayor y salió buscando por todas partes, pero no encontró a nadie…Una semana después decían que los fascistas habían cogido Ronda y fusilaban a chicos y grandes… un hombre que conocía a mi padre dijo que estaba vivo pero que a su hijo lo habían fusilado… mi madre cayó desplomada al suelo…
Mi madre quería volver a Ronda pero no la dejaban… los fascistas ya andaban por la sierra… nadie sabía donde ir… llegamos a San Pedro… a Monda… los fascistas no dejaban de avanzar… cogieron San Pedro y Marbella… así que tuvimos que salir corriendo a Málaga…tuvimos que seguir el cordón de la gente por la carretera de la costa de Málaga a Almería… mi hermano se perdió, mi madre me llevaba en brazos, mi abuela al lado, yo lloraba de miedo y frío… los barcos tiraban del lado del mar y los aviones por lo alto barrían la carretera… teniamos que saltar por encima de los muertos… mi madre y mi abuela agotadas con los pies llenos de llagas echando sangre…
