Opinión

Los deberes de Mari Paz Fernández (Antonio Sánchez Martín)

Hasta tres títulos distintos he barajado para encabezar el artículo de esta semana a tenor de los resultados electorales que arrojaron los comicios del pasado domingo, según que la lectura de los mismos se haga en clave nacional o autonómica, e incluso de su repercusión a nivel municipal, que para todo da el escrutinio de los votos.

Punto y final al 11-M

Los resultados de las elecciones generales del pasado domingo suponen el punto y final al mandato de José Luis Rodríguez Zapatero como Presidente del Gobierno; un mandato al que difícilmente hubiera accedido de no ser por la conmoción y la influencia que ejerció sobre el ánimo de los votantes los atentados del 11-M, cuatro días antes de que se celebraran las elecciones generales del 2004. Hasta entonces las encuestas eran claramente favorables al Partido Popular, pero al final el incremento de participación que provocó el bárbaro atentado permitió la victoria socialista por un escaso margen de votos. Es duro pensarlo, pero sigo creyendo que sin la sangre de aquellos muertos el PSOE nunca hubiera ganado las elecciones, sobre todo porque la situación económica era favorable y la tasa de parados apenas superaba los dos millones de desempleados. Jamás un atentando terrorista influyó tanto en la vida de un país.

Luego vinieron las frivolidades y mentiras de ZP sobre la crisis. De negarla y de presumir que España era la campeona de la Champions League de las economías europeas, hasta los cinco millones de parados, pasando por los brotes verdes y por no saber cuánto costaba un café en la calle. A Zapatero le ha sobrado su último año y medio de gobierno, donde sólo ha conseguido empeorar las cosas hasta límites difícilmente recuperables. Pero a Zapatero y a sus colaboradores al menos les cabe el honor de haber sido cesados por los mismos que les nombraron: -por los ciudadanos-, porque en democracia no cabe otra posibilidad por mucho que se empeñen los “mercados”. No hay más leyes que las que emanan del estado de derecho, y en nuestro país la soberanía reside en el pueblo.

A por el hat-trick

Dice el refrán que no hay dos sin tres, y aparentemente, mirando el mapa de España completamente teñido de azul desde el cabo de Gata hasta Finisterre por el arrollador triunfo del PP, y considerando la amplia distancia en votos con que los populares superan a los socialistas en Andalucía, -que casi llega al 10 %-, cabría pensar que las elecciones autonómicas del próximo mes de marzo pueden ser un paseo militar para el PP y que las ganarán de calle. Pero en política suele decirse que unos pocos días pueden llegar a convertirse en toda una eternidad, cuanto más si hablamos de cuatro meses, que son los que quedan de aquí a las autonómicas.

Lo digo porque hasta ahora los electores han votado en clave de castigo contra el PSOE y ZP. Ya lo hicieron en las municipales, y con más fuerza si cabe en la generales, cuando verdaderamente se juzgaba en las urnas a los responsables de la mayor ruina que conoció España desde su Guerra Civil. Pero de aquí a las autonómicas van, -como digo-, cuatro largos meses, y para entonces habrá transcurrido casi un año desde que se celebraron las municipales, y al paso que va la crisis los socialistas exigirán responsabilidades al PP si un año después de su llegada a los ayuntamientos las tasas del paro siguen aumentando.

Por lo tanto, y a pesar de la catástrofe electoral sufrida por los socialistas, en Andalucía queda partido. Arenas y sus pupilos tendrán que afinar, y mucho, si quieren mantener la distancia en intención de voto que le separa de los socialistas, -que en Andalucía juegan en casa-. Y aunque el escándalo de los ERE lastrará al PSOE, al PP sólo le sirve ganar por mayoría absoluta si quiere conseguir el ansiado hat-trick electoral: municipales, generales y autonómicas.

Los deberes de Mari Paz Fernández

Y la última lectura que nos deja la victoria del PP podemos hacerla en clave local. En Ronda, los resultados alcanzados por los populares demuestran que hay más de nueve mil rondeños dispuestos a votar al PP, y posiblemente si no lo hicieron en las pasadas municipales fue porque no se les ofreció una candidatura suficientemente atractiva. La comparativa de resultados obtenidos por el Partido Popular entre las municipales y las generales no deja lugar a dudas. El PP ha subido casi cuatro mil votos en detrimento de otras opciones, como el Partido Andalucista, que cosechó entonces un importante apoyo y que ahora se ha reducido en una cuantía similar al incremento del PP, posiblemente porque buena parte de los votos andalucistas procedían de votantes que renunciaron a votar al PP en las municipales.

Ese es el nuevo reto de Mari Paz Fernández, Alcaldesa y Presidenta de los populares rondeños: Convencer a esos cuatro mil rondeños para que apoyen la candidatura del PP en las próximas municipales y lograr así la mayoría absoluta en nuestro consistorio, pues de conseguirlo alcanzaría doce concejales. Su éxito dependerá de que mejoren las comunicaciones con la prometida autovía hasta Antequera, de defender con firmeza el corredor de Alta Velocidad que pasa por Ronda frente al resto de compañeros de su partido, y de que sepa atraer a nuevas industrias e inversores que creen riqueza y reduzcan el paro. Ronda no le va a exigir menos; así aquí le deseo suerte en el empeño, Alcaldesa.


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