Opinión

El neopopulismo y las 40 plazas de limpiadora (El Observatorio)

Coincidiendo con Parker (2001) quien conjuga los planteamientos de Raby (1999), de Laclau (1978) y de Mouzelis (1978)— “populismo” no es sinónimo de demagogia, aunque puede serlo en algún momento o contexto; es un discurso y una práctica, en tanto constituye un mecanismo de “interpelación democrático popular” (Laclau), que emerge en un contexto de crisis hegemónica a la cual procura dar salida mediante la captación y movilización de los sentimientos de los sectores sociales dominados, que reaccionan contra los intereses establecidos (económicos, de gobierno, etc.). Por tanto, no se queda en el plano de las ideas o del discurso ideológico, sino que se expresa en una determinada práctica político-organizativa (Mouzelis) y, en consecuencia, también sería un estilo de dirección o gerencia, que busca conducir la movilización popular hacia el logro del objetivo de instaurar un orden distinto al cual reaccionan. Según sean los medios y la dinámica que asuma el proceso, se hablaría de populismo “radical o autoritario” o de populismo “revolucionario”.

Eso dicen los estudiosos.

Y que digo yo que lo de Ronda, de revolucionario no tiene mucho, así que creo que estamos en el primer caso: Populismo Autoritario

Es fácil, sólo hay que esperar a que tus ciudadanos lo pasen suficientemente mal para aparecer “salvando al mundo”, acompañado de un fotógrafo y una cuadrilla de pintores de bloques u ofreciendo 100 puestos de trabajo de 30 días a quien tú decidas (después de haber hecho un buen estudio de los barrios donde te interesa recuperar algo de voto, claro). Y vendrá el 1 de Mayo, y nos deleitarán, gratis, con un plato de arroz y un cacho de pan. Y si no nos gusta, volverán a repetir el 1 de Mayo unos días después, contratando a un catering aún más caro, para que todo salga perfecto.

Está bien que nos alimenten cuando tenemos hambre, pero está mucho mejor no llegar a tenerla porque con tu trabajo consigues ganarte la vida y alimentar a tu familia por ti mismo.

Sr. Alcalde, no pinte usted más bloques por favor, no de más comidas gratuítas, no más gambarias, no más estatuíllas ni jardines que a las 2 semanas abandona… sea por una vez responsable y centre sus esfuerzos en lo importante: transforme la sociedad rondeña creando  empleo  estable de una vez, dotando a la ciudad de infraestructuras que faciliten al ciudadano un buen futuro.  Pero hágalo ya, y no pierda el tiempo echándose más fotos al lado de agujeros que no son un centro comercial, piedras que no son un geriátrico, carreteras que no son autovías y descampados que no son polígonos industriales.

Puedo asegurarle que cualquiera de las cuarenta madres de familia a las que usted va a “prestar” un empleo temporal de limpiadora mientras pasan las elecciones, todas ellas, preferirían una y mil veces que su marido, sus hijas, sus hijos o ella misma pudieran acceder a un empleo estable en alguna empresa rondeña, antes que tener que pasar por su mesa de la alcaldía para recoger su “regalito” de unas pocas semanas mientras le recuerdan que quizás si el sillón cambia, “el nuevo” no traiga regalos.

El trabajo no es un regalo que usted entrega a quien le apetezca. El trabajo es un DERECHO. Y su obligación como gobernante y político es trabajar para ello. Sin distracciones ni juegos electorales. Nadie tiene que agradecérselo ni deberle nada.

Usted ya cobra, y bien, por ello.


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