Opinión

Luces y sombras

Comenzaron de manera semioficial las Fiestas de Navidad con el encendido del alumbrado que realmente merece una alta calificación por su calidad y cantidad, y con su puesta en marcha se desatan las primeras críticas por lo que se supone un gasto desmesurado del equipo de gobierno, coincidiendo con la crisis que ha llevado a nuestra ciudad a la mayor cifra de parados de la historia (4.441), a lo  que hay que sumar los gastos poco rentables en la difusión mediática en ese festival de cine político que ha tenido escasa aceptación  popular, los rondeños asistentes a las proyecciones han sido minoría ante los estudiantes invitados tan generosamente por nuestro Ayuntamiento,  y menor cabida en los medios informativos nacionales para los que nuestra muestra cinéfila ha pasado casi totalmente desapercibida.

El esfuerzo realizado en la iluminación puede justificarse en el beneficio que la misma pueda suponer para los comerciantes rondeños, a los que no se les ha consultado prácticamente nada sobre los puntos que debían ser iluminados, exceptuando un tímido contacto  de Charlotte Wilmot con APYMER cuando la iluminación ya estaba decidida, pero parece más complicado dar justificación al gasto realizado en esa fiesta “Festival” para algunos de cine político, del que aún no se conoce la cuantía, pero que ha podido significar un gasto bastante por encima del coste del alumbrado navideño.

La realidad es que en los momentos delicados que atraviesa este país, incrementar el gasto en cualquier cosa que no sea prestar mayor atención a los menos favorecidos, los números ofrecidos por Cáritas nos hablan de casi 5.000 familias diferentes que han recurrido a sus servicios este año, es un brindis al sol de una bonanza económica que el Ayuntamiento no tiene aderezada con cierto perfume electoralista.


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