Entrevistas

Ken Loach: “Si hablas de trabajadores es cine político, si lo haces de los ricos es entretenimiento»

El director de cine Ken Loach recibió en el Festival Internacional de Cine de Ronda la Goyesca de Honor como reconocimiento a su prolífica carrera. Además, presentó su última película, 'Route Irish'.

 

¿Cómo valora este premio?

Por un lado creo que es muy importante que se hagan festivales como este, para que la gente hable de política, en un momento como este en el que el sistema está al borde del colapso. Y por otro es una afirmación y un reconocimiento por el trabajo realizado, por las películas que hemos hecho.

¿Cómo surge la idea de ‘Route Irish’, ambientada en la posguerra de Irak?

Era un desafío para todos los que hacen cine, porque la guerra fue un acto ilegal monstruoso. Así que la cuestión era cuándo se haría una película sobre este tema. Pero ya se había escrito mucho sobre ello, y no quería quedarme sólo en el relato de la guerra, sino ir más allá. Nos centramos en la privatización de la guerra, ahora que todo se está privatizando, y en la violencia que genera en las personas, aun después de finalizada.

¿Cree que el sistema actual está creando monstruos?

No me atrevería a llegar a tanto, pero es cierto que el capitalismo saca lo peor de los seres humanos: la violencia, la codicia, la megalomanía… Es como el suelo contaminado del que brotan plantas con anormalidades. En la película se ve una persona destrozada por la violencia, pero de alguna forma ya forma parte de él.

¿Cree que su cine se ha ido haciendo cada vez más complejo?

Puede ser. Es verdad que al principio los personajes eran más bidimensionales, y junto a Paul Laverty han ido ganando en profundidad. Ahora nos interesan los dilemas de la gente, las decisiones morales, ya que eso aporta mucha más fuerza dramática. En Route Irish hay un protagonista que ha estado involucrado en cosas nada buenas. Se le puede condenar por ello, pero también se ve que debajo de todo eso hay otro hombre, está su lado más humano. Es como lo que pasa con la crítica, que a veces me juzga antes de ver mis películas. Espero que no pase lo mismo en España (risas).

¿Suele seguir al pie de la letra los guiones de Laverty o introduce cambios?

Es una colaboración, no nos gusta decir cuál es el trabajo de uno y cuál el de otro. Primero hablamos de lo que queremos hacer, él escribe uno o dos personajes y volvemos a hablar. De ahí nace un primer borrador, introducimos algunas ideas y repetimos el proceso una y otra vez. Una vez que encontramos a las personas que van a dar vida a los personajes hacemos algunos cambios, pero la esencia sigue ahí. Luego intentamos que todo parezca muy espontáneo, aunque no es así.

¿No siente la tentación de hacer un cine menos comprometido, más fácil, como un drama romántico, por ejemplo?

(Risas). Bueno, creo que en muchas de mis películas hay romance, hay cierta carga dramática. De eso se trata, de introducir el drama en la vida de los personajes.

Hay quien considera que sus películas son panfletistas.

Cuando uno hace películas sobre personas trabajadoras, es cine político. Y cuando las hace sobre ricos y burgueses, es entretenimiento. Para mí las películas panfletistas son las que presentan a Estados Unidos como el guardián de la libertad. Voy a decir una frase que puede sonar muy tópica: Hace falta una revolución social. No hay otra forma de decirlo.

¿Qué le parecen las filtraciones de Wikileaks?

Wikileaks es maravilloso. Ha destapado en poco tiempo muchas más cosas que el periodismo de investigación en años. No se trata de que sustituya al periodismo, pero sí puede servir de base. Después los periodistas deben seguir indagando y haciendo nuevas preguntas.

Pero parten de un robo de documentos.

Los documentos revelan crímenes, y eso es una obligación. Si se supone que somos demócratas tenemos que saber qué se hace en nuestro nombre. Se ha demostrado que nos gobiernan criminales y mentirosos. Así que, bienvenido, Wikileaks.

¿Le ha decepcionado la política de Obama?

Todos sabíamos que era un político y que representaba a los intereses del capital americano. Lo sabíamos antes de que empezara a gobernar. Pero al menos defiende esos intereses de una forma más sofisticada que Bush.

¿Está de acuerdo con la financiación pública del cine?

El problema es que las pantallas tienen que estar disponibles. Si no están disponibles para el cine español, por ejemplo, la gente no va a ver esas películas. Y si no las ve se va a perder dinero. Pero si la gente va a verla el estado podría recuperar el dinero invertido, por lo que sí podría financiarse con dinero público.

Paul Laverty conoció España y se quedó a vivir aquí. ¿Podría pensar usted algún día en hacer lo mismo?

Hay muchas cosas atractivas en España, desde luego. Pero el hogar es el hogar. Además siempre me gusta cotillear, estar al corriente de todo lo que pasa a mi alrededor en Reino Unido (risas).


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