Opinión

Un edificio gafado

Desde que se puso en marcha el Edificio del Mueble Rondeño no ha sido precisamente un ejemplo de cómo se debe utilizar un patrimonio municipal que en su día costó 1.200.000 euros, sufragado por la Junta. Y es que, quitando dos o tres  visitas puntuales de algún alto cargo de la Junta de Andalucía y su utilización como almacen de caramelos y peluches en la  Cabalgata de Reyes, sigue siendo una asignatura pendiente para un equipo de gobierno que parece no saber qué hacer  con un inmueble que de seguir la trayectoria de los últimos tiempos parece destinado a caerse a pedazos deteriorado por el paso del tiempo.

Ahora parece que su destino puede ser la sede de una Escuela de Hostelería, según anunció el pasado miércoles la delegada de Empleo, Josefa Valle.

Aunque los anuncios que se realizan sobre el uso del  gafado edificio no son precisamente  muy de fiar -hay que recordar que en sus entrañas se ha anunciado la ubicación de la Biblioteca Municipal, la Escuela de Enfernería, un taller de energías renovables de la Junta, el traslado hasta allí de casi todas las delegaciones municipales,  sin olvidar el fin para el que fue construído y que no era otro  que el albergar un Centro de Interpretación del Mueble Rondeño al que parece haberse renunciado de manera definitiva-  lo que sorprende en esta ocasión es su nuevo destino como Escuela de Hostelería que se hace público poco después del anuncio de la creación por APYMER de otro centro de las mismas características en el Casino, lo que no debe haber sentado muy bien a  los dirigentes de la asociación empresarial.


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