Opinión

Efecto Obama

La simple visita de una primera dama ha tenido una gran repercusión sobre el turismo de la ciudad de forma inmediata. El Puente Nuevo ha pasado de estar desértico por las tardes a tener una importante afluencia de visitantes por la tarde noche. Es posible que no todo se deba al efecto Obama, pero seguro que buena parte de culpa tiene. Quizás tengamos que aprender de este hecho y apostar por realizar esas gestiones de las que tanto se habla, a boca llena, para lograr que más personalidades como estos pasen por la ciudad. Su repercusión positiva ha quedado demostrada y los restaurantes rondeños pueden dar buena fe de ello.

La oportunidad la tenemos muy cerca, y es que el premier británico ya es un enamorado de la ciudad y de su serranía. Alguien podía pensar en aunar esfuerzos para que pudiese pasar unos días por estos lares tan necesitados de un impulso para el sufrido sector turístico, donde es raro el empresario que no esté pasando por apuros debido al descenso en el número de turistas.

Ahora el presidente de la República Democrática del Congo, Joseph Kabila, llegará la semana que viene a la Costa del Sol. Ha elegido también el hotel Villa Padierna para alojarse, y una visita a la ciudad del Tajo tampoco estaría mal, aunque es evidente que su repercusión es mucho menor que la anterior.

Toca pensar para seguir atrayendo visitantes ilustres a la ciudad y que pase a ser conocida su visita. En estos tiempos de precaria situación económica, donde la inversión en mega campañas publicitarias a nivel nacional e internacional resulta casi imposible, el lograr el mismo efecto casi de forma gratuita es la mejor de las maneras posibles.

En definitiva, aunque lo que dijo el alcalde en la reunión con los empresarios del sector, sobre apoyar al turismo de verdad, se tiene que transformar en una realidad. La principal industria de la ciudad necesita ayuda de verdad. Ya no valen las palabras bonitas. Toca el hacer piña con los empresarios, porque si el sector va bien, buena parte de las familias rondeñas estarán mejor, y no hablamos precisamente de los empresarios.


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