Ronda

El Ayuntamiento inicia los trabajos para la puesta en valor de los dólmenes megalíticos de La Planilla

Una vez aprobado por la Comisión Provincial de Patrimonio Histórico el proyecto y adjudicadas las obras, por importe de 38.000 euros, esta zona arqueológica se recuperará para la ciudadanía de Ronda y su Serranía

Técnicos inspeccionan los dólmenes de la Planilla antes del comienzo de las obras.

El Ayuntamiento de Ronda ha iniciado las obras de puesta en valor del conjunto dolménico de la Planilla, declarado Bien de Interés Cultural (BIC). Una vez aprobado por la Comisión Provincial de Patrimonio Histórico el proyecto y adjudicadas las obras, por importe de 38.000 euros, esta zona arqueológica se recuperará para la ciudadanía de Ronda y su Serranía.

El Ayuntamiento de Ronda a través de sus delegaciones municipales de Patrimonio Histórico y de Parques y Jardines  tenía contemplado en su planificación la puesta en valor del conjunto dolménico, que se concreta en la  limpieza, general del área y su adecuación naturalística (zonas de sombra arbolada, mobiliario para el descanso, vallado del recinto, señalización, paneles interpretativos, implantación de senderos interiores, etc.).

El descubrimiento de este conjunto dolménico aconteció en la década de los años ochenta del pasado siglo.  A pesar del tiempo transcurrido desde su descubrimiento la actuación podrá frenar los problemas de conservación de este complejo dolménico localizado en pleno núcleo urbano, pero muy oculto para la ciudadanía.

La ubicación de la necrópolis se halla estrechamente relacionada con el poblado de la Edad del Cobre que tuviera como solar el actual barrio de ‘La Ciudad’. Su constatación ha venido avalada por los numerosos restos de este período que se han encontrado en el transcurso de las excavaciones arqueológicas desarrolladas en la ciudad de Ronda desde mediados de los años ochenta de la centuria anterior.

Según los expertos el fenómeno megalítico en la Serranía de Ronda puede ubicarse cronológicamente entre la segunda mitad del III Milenio a. C y comienzos del II Milenio.

Se tratan de dólmenes de cámara, corredor y galerías cubiertas, con plantas de tendencia trapezoidal en las que se reserva la zona más ancha como cámara, formados por grandes ortostatos hincados y de plano y cubiertos por un montículo de tierra y piedras que normalmente lo delimitan y que generalmente lo hacen destacar sobre el terreno que lo circunda. No obstante, no se puede descartar la existencia de otros modelos de enterramientos, como son las cistas de carácter individual, ya que, de hecho, cabe la posibilidad de que, junto a uno de ellos existan algunas, incluso expoliadas desde antiguo.


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