Opinión

El recuerdo de un olvido

«El cerebro es el órgano encargado de recibir y procesar toda la información sensorial que nos llega, la visión que cada uno de nosotros tenemos del mundo que nos rodea se debe a la manera en que en nuestra mente se manejan y procesan los datos captados»

El cerebro es el órgano encargado de recibir y procesar toda la información sensorial.

Constantemente estamos recibiendo información través de los sentidos que cada cual interpreta según criterios que tiene formados en su cabeza, por ejemplo en Indonesia, Tailandia o Vietnam se comen los murciélagos dorados a la brasa, independiente del sabor que tengan, muy rico por cierto según los que lo comen, a nosotros nos produce rechazo inmediato, igualmente si nosotros vemos una serpiente cascabel huiremos a toda velocidad, mientras ellos Irán a cogerla para prepararse su manjar.

El cerebro es el órgano encargado de recibir y procesar toda la información sensorial que nos llega, la visión que cada uno de nosotros tenemos del mundo que nos rodea se debe a la manera en que en nuestra mente se manejan y procesan los datos captados por cualquiera de nuestros cinco sentidos, muy especialmente esta interpretación depende del  material que tengamos almacenado en la memoria. Sin ella no podemos reconocer nada  y todo lo que nos digan o  veamos por visto que esté será nuevo, sin ella ni el estudio ni el trabajo nos reportaría ventaja alguna, la experiencia no existiría, en definitiva la vida tal como la tenemos planteada sería imposible. Poseedores de esta capacidad, cuando algo o alguien nuevo se nos pone por delante, hacemos un juicio inmediato durante los primeros segundos, cotejado con la información que tenemos almacenada.

Si vemos una persona por primera vez y su cara y forma física se parece a alguien que nos ha hecho daño y hasta parezca que la voz es similar, tendremos una mala opinión y un impulso de rechazo, obviamente sin razón alguna justificada pero es debido a la información existente en la memoria. Cuando un vendedor llama a una puerta para ofrecer su mercancía, tiene que tener claro que el éxito o fracaso en la venta, dependerá muchísimo  de los  cinco primeros segundos del primer contacto, que es en primera instancia el tiempo que tarde el receptor en hacerse una composición. Cinco segundos es por poner un ejemplo de un tiempo muy corto, pero apurando más, mucho menos de ese tiempo sería suficiente para aceptar o rechazar a alguien.

Concluyendo podemos decir que el juicio de lo nuevo depende enormemente del concepto de lo viejo, la memoria, visto así  a muchísimos jóvenes le cuesta mucho el estudio y hay igualmente muchos mayores que disfrutan estudiando.

Redundando en lo mismo, la información que se percibe a través de los sentidos se elabora o se mezcla con la existente en la memoria para formar juicios reales y probables de las cosas,  pudiendo con ello  percatarse de objetos, sensaciones  o ideas  que no están asociadas al sentido que nos lo reporta, puede ser por ejemplo oír colores, ver sonidos, percibir sabores, captar dulzura en las miradas,  texturas gustativa a través del tacto, etc.  Este fenómeno con el que se mezclan los sentidos se llama sinestesia y tiene un efecto multiplicador a través de la ingestión de drogas psicodélicas, sintéticas u otras contenidas en plantas tropicales.  Es tanta la relación entre los estímulos que percibimos y la información existente en la memoria,  que una afección psíquica se puede transformar en orgánica. No apto para cardiacos, es una advertencia usual cuando la somatización  de un estímulo psíquico  asociado en nuestra memoria, puede producir un problema físico.

Los juicios que hacemos sobre nosotros mismos presentan un problema doble, el de no ver por ejemplo y además  no saber que no hemos visto, o el más extendido, el de no saber y no saber que no se sabe.


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