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Gota Fría de octubre en la Serranía

A veces, cuando las condiciones meteorológicas lo mandan, ocurren fenómenos muy dañinos. Uno de ellos son las Gotas Frías

La gota fría ha provocado numerosas inundaciones en la comarca, como en Jimera de Líbar. Foto Karl Smallman.

A veces, cuando las condiciones meteorológicas lo mandan, ocurren fenómenos muy dañinos. Uno de ellos son las Gotas Frías.

A finales de verano y en otoño, las aguas del Mar Mediterráneo están muy calientes después del paso del verano, pero en capas altas de la atmósfera comienzan a circular corrientes de aire frío, al menos más frío que el situado encima del mar, unas veces proceden del norte de Europa o incluso del Ártico, otras de extraños ciclones como el Leslie, otras son restos de huracanes del Caribe. Muy raras veces, como en el caso actual, se unen estas tres circunstancias a la vez.

El aire frío es más denso que el caliente y tiende a bajar, al contrario del aire caliente que es menos denso y asciende. El aire cálido es capaz de capturar gran cantidad de humedad, mientras que el frío no.  En otoño los vientos traen aire recalentado desde el Mar Mediterráneo hacia la costa de levante y sur de la península. El aire cálido y cargado de humedad del Mediterráneo es obligado cuando llega a la costa y sus cercanías, a ascender bruscamente por el aire frío y seco que ha bajado desde las capas altas. En ese aire cálido y cargado de humedad que asciende muy rápido, se condensa la humedad que contiene, es entonces cuando se originan fuertes precipitaciones y tormentas. Es lo que se llama Gota Fría.

Si a eso se une que las cadenas de montañas del Sur y del Este de la península están muy cerca de la costa, y las fuertes pendientes obligan a las precipitaciones abundantísimas a descender con mucha brusquedad originando grandes riadas y desastres, si, además los humanos construimos en los cauces de agua y no respetamos a los arroyos y torrentes que así se transforman en enormes cursos de agua que descienden llevándose vidas humanas, carreteras, caminos, cultivos y todo lo que se pone por delante. Por lo que tenemos que un fenómeno ya destructivo como es una Gota Fría se transforma en un desastre natural de proporciones gigantescas.

En las fotos puede verse lo que fue el cauce del Arroyo Espejo transformado en un olivar, con funestas consecuencias económicas. Y en la otra foto la Cañada Real de Ronda transformada en un curso de agua a la altura de la carretera de Ronda a Campillos, en el Km 4.


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