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Fauna de la Serranía: Reproducción de las libélulas

Las libélulas, también llamados Odonatos, tienen rituales complicados de cortejo previos al acto reproductivo que, sin duda, sirven para preparar a los protagonistas ante el importante acto que van a realizar

Una pareja de libélulas en el momento del acto reproductivo. Foto Gonzalo Astete.

Las libélulas, también llamados Odonatos, tienen rituales complicados de cortejo previos al acto reproductivo que, sin duda, sirven para preparar a los protagonistas ante el importante acto que van a realizar.

En la mayoría de las especies, anterior al acto reproductivo, se ha observado la realización de una parada nupcial mediante la cual los machos pretenden atraer a las hembras. Para ello, llevan a cabo determinados movimientos y actividades, en otras especies, simplemente se ayudan del colorido de su cuerpo y alas.

Después llega el vuelo nupcial que terminará con el macho posándose sobre la hembra. Esto es lo que se conoce como tándem, o sujeción de la hembra mediante los apéndices anales del macho. Podemos encontrar casos en los que el macho no realiza ni parada ni vuelo nupcial, y directamente agarra a la hembra en esta posición. En uno de los grupos de libélulas, los zygópteros, el enganche se produce por el protórax, mientras que en el otro, los anisópteros, es en la cabeza. También encontramos algún caso, como en Aeshnidae, en el que el macho sujeta a la hembra por ambas partes.

Una pareja de libélulas en el momento del acto reproductivo. Foto Gonzalo Astete.
Una pareja de libélulas en el momento del acto reproductivo. Foto Gonzalo Astete.

Los testículos de la libélula macho se localizan detrás de sus patas, en el extremo del abdomen, cerca de los testículos está el pene y la bolsa que almacena el esperma. Antes del apareamiento se lleva a cabo una autocopulación, el macho usa sus patas delanteras para mover el esperma de sus testículos a la bolsa de almacenaje  y después a su pene.

En la posición de Tandem, comienza el apareamiento, es fácil de distinguir por que la pareja crea una forma de corazón al doblar la hembra su cuerpo hacia el macho. Muchas especies de libélulas son muy agresivas antes y durante el proceso de apareamiento, lo que puede herir e incluso matar a la hembra. La hembra curva su abdomen hacía el macho para que su aparato sexual entre en contacto con el pene del macho. A veces lo hacen posados pero otras especies pueden hacerlo en pleno vuelo.

Algunas especies mantienen la forma del tándem tras la cópula, ya sea para defender a la hembra de la inseminación de otros machos, o para defenderla de cualquier peligro hasta que realice la puesta y se garantice que la misma ha sido realizada con éxito.

Los machos suelen ser muy agresivos antes y después de la cópula. Algunos machos que no intervienen en la cópula que se está realizando pueden golpear al “tándem” hasta conseguir que se separen y, así, poder acoplarse a la hembra que antes estaba copulando con otro. A veces agarraran con tanta fuerza a la hembra que le pueden deteriorar el exoesqueleto. Otras veces ahogan a las hembras en la cópula al hacerla cerca del agua.

Tras la cópula, el macho suelta a la hembra para que esta pueda liberar los huevos en el agua, ya que las larvas son de vida acuática. Vivirán en el agua como depredadores capturando todo tipo de pequeñas larvas y renacuajos hasta que, tras un complicado proceso de metamorfosis se transformaran en adultos pertenecientes a uno de los grupos de insectos de vuelo más poderoso y llamativo.

La foto de la cópula es de Onychogomphus uncatus es de Gonzalo Astete a quien agradezco que me haya permitido  usarla.

Bibliografía: iberianodonataucm.myspecies.info/; https://www.geniolandia.com


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