Opinión

Aferrándose a las paredes del Tajo

Cartel de prohibición en el Puente Nuevo cuando estaba cortado al tráfico. Foto Archivo.

Cabalgando van los vientos
sobre tus pechos serranos,
cabalgando, por los valles de tu vientre
Ronda, van mis sueños, cabalgando.

El 25 de enero de 2018 amanece triste y brumoso; no podía ser de otra manera, la naturaleza y los dioses se alían y cubren nuestra ciudad de un manto gris con el que ocultar el parricidio que se pretende llevar a cabo. Desgarrar una ciudad en dos trozos, poner trabas a las relaciones entre padres e hijos, alejar a hermanos de hermanas.

Es peor que un parricidio o filicidio es, además de los términos antes dicho, un magnicidio porque se atenta contra toda una comunidad y una ciudad con todas sus connotaciones y bagaje político que ello conlleva.
¡Ronda!, hoy 224 años después, te devuelven al siglo XVIII asestándote un aciago corte de bisturí allí dónde el maestro Aldehuela, con singular habilidad, fue capaz de unir tu rasgado vientre.

Hoy, alguien, por un estúpido capricho, nunca por una NECESIDAD, nos rompe, nos separa y nos desgarra. Hoy es un día triste y desdichado en la historia de Ronda, por eso la Madre Naturaleza se une a nosotros cubriéndolo todo con un manto gris con el que ocultar esta fechoría a ojos ajenos. Ella en su inmensa sabiduría, llora con nosotros y derrama sus lagrimas sobre plazas, calles y puentes, aferrándose a las paredes del Tajo para mostrar su solidaridad con el pueblo que padece bajo extravagantes dictámenes.

Este “ajusticiamiento” ha sido públicamente anunciado como hacían los tiranos e inquisidores en la tenebrosa Edad Media. Lo único que hace falta es ponerle el hábito de San Benito y las orejas de burro al reo para conducirlo al cadalso. Cosa harto difícil, ya que aquí los condenados somos varios miles y, ¿de dónde sacar tantas orejas por muchos burros que anden sueltos pastando por campos y ciudades?

Sucede sin embargo, que aquí, al contrario de lo que sucedía en la Edad Media, los inquisidores no contaran con un populacho entusiasta e incondicional que escupa y vocifere sobre el acusado. Todo lo contrario, el pueblo de Ronda se opondrá con todas sus fuerzas, con la fuerza de la razón, para impedir que el reo sea ajusticiado por la razón de la fuerza.

Los rondeños estamos impregnados de la sabiduría y el talante que dan años, siglos de historia, y nuestra resistencia será pacifica.

No vociferaremos ni derribaremos paneles indicadores del lugar del filicidio-parricidio-fraticidio-magnicidio, como han anunciado ustedes que haríamos.

¡Ya se encargarán el tiempo, la razón y el sentido común de retirarlos, nosotros no ensuciaremos nuestras manos con los carteles de la vergüenza!


Un comentario en “Aferrándose a las paredes del Tajo

  1. Jose

    No puedo estar mas de acuerdo con sus palabras
    Tripartito fuera ya estan dañando de forma irreparable a Ronda
    No se puede permitir este atropello
    Que todo el mundo se haga eco de todo lo que esta pasando en Ronda

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