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Inversión térmica, lluvia engelante, rocío, heladas y nubes en los valles bajos de la Serranía

Las condiciones para que se produzca una inversión térmica son: tiempo estable (no lluvioso) y ausencia de viento

Nubes bajas en la Hoya del Tajo a primeras horas de la mañana.

La ‘inversión térmica’ es un proceso meteorológico que se produce sobre todo ahora en otoño e invierno y que es el responsable indirecto de los problemas de contaminación en las grandes ciudades como Madrid. (En realidad los responsables directos de la contaminación de Madrid son los automóviles y las calderas de calefacción que producen gases que se quedan en las capas bajas formando esa ‘boina’ contaminante). Y la ‘inversión térmica’ es también responsable de unas formaciones preciosas de nubes bajas que se establecen algunas mañanas en la Hoya del Tajo y el Valle del Guadalcobacín.

Las condiciones para que se produzca una inversión térmica son: tiempo estable (no lluvioso) y ausencia de viento.

El aire frío es más denso que el aire caliente. En estos días de otoño la radiación solar es deficitaria, es decir, el suelo pierde más calor del que recibe. El suelo enfría las capas bajas de aire que al aumentar la densidad hace que se produzca el descenso del aire frío hasta las zonas bajas o depresiones, ya que este pesa más. Ese fenómeno se produce un poco antes del amanecer que es cuando más déficit de temperatura tiene el suelo.

En Madrid ese aire frío acumulado a nivel del suelo impide que los productos contaminantes se dispersen creando ese penacho contaminante. En los valles de la Serranía de Ronda se acumula por el mismo proceso en aire frío que también tiene menos capacidad de retener la humedad ambiental depositándose ésta en forma de pequeñas gotitas que forman el ‘rocío’. Justo antes del amanecer el frío puede ser tan intenso que produzca la congelación de esas pequeñas gotitas formando la ‘helada’. Para que ocurran las heladas no debe haber nubes.

Al avanzar la mañana, el sol va calentando el suelo que a su vez calienta las capas bajas frías de aire que al alcanzar menos densidad y pesar menos, ascienden rompen la inversión térmica y las nubes bajas se van diluyendo hasta desaparecer.

A veces se producen situaciones extrañas en días de acusada inversión térmica, como cuando tras varios días de continuas heladas en la Serranía, cruza un frente cálido muy debilitado, entonces la lluvia que cae se congela directamente en el suelo. Este fenómeno, que ocurre raramente, recibe el nombre de ‘lluvia engelante’. Hay que tener en cuenta que en una inversión térmica, el terreno se encuentra más frío que la atmósfera, ya que ha sufrido un enfriamiento por irradiación (sobre todo con cielos despejados). Por eso la lluvia se congela al tocar suelo.

No existe una cota fija donde se fije el límite de la inversión térmica. Depende de factores como la orografía o la insolación.

 


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