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Fauna de la Serranía de Ronda: Las alúas

Estos insectos forman sociedades con castas perfectamente diferenciadas en formas y funciones. Las obreras son de género femenino pero estériles, se encargan de recoger comida, defensa del hormiguero y cuidado de larvas y reina

Una colonia de alúas localizada en la Serranía de Ronda.

Según el entomólogo británico C.B. Williams, el número de insectos vivos en la tierra en un determinado momento es de un millón de billones. Y una buena parte de ellos son hormigas.

Estos insectos forman sociedades con castas perfectamente diferenciadas en formas y funciones. Las obreras son de género femenino pero estériles, se encargan de recoger comida, defensa del hormiguero y cuidado de larvas y reina. Los sexuados son la reina que pone exclusivamente huevos de los que saldrán las futuras obreras y los machos que su función es puramente reproductora y vivien durante muy poco tiempo.

Las alúas son los machos y hembras de las hormigas, los individuos con sexo. Concretamente las hembras son denominadas con ese popular nombre. Los machos son de menor tamaño, se les suele denominar “Aluillos”. Se suele dar esos nombres a los sexuados de las hormigas granívoras mediterráneas, del Género Messor. Pero hormigas hay muchas, unas 13.000 especies en todo el mundo, la diferencia de tamaño va de las que miden un milímetro a las de 30. En realidad nadie sabe bien cuántas hormigas hay.

También el tamaño y el peso de las hormigas es muy diverso, Edward O. Wilson, de la Universidad de Harvard (Estados Unidos), y el biólogo alemán Bert Hoelldobler en su libro de 1994 «Viaje a las hormigas» dan la cifra de todas las hormigas del mundo pesarían tanto como todos los seres humanos. Hay hormigas de hasta 60 mg, pero la media es mucho menor.  «Si, para tomar una cifra conservadora, el uno por ciento de eso son hormigas, la población total sería de 10.000 billones», escribieron Wilson y Hoelldobler. Todas las hormigas juntas pesan juntas tanto como todos los seres humanos». Es muy fácil pesar una hormiga, se hacen un pequeño peso electrónico, se pone una hormiga, pero lo mejor es refrigerar el peso antes para evitar que la hormiga salga corriendo. También se puede refrigerar ligeramente la hormiga que queremos pesar para limitarle el movimiento. Una hormiga trabajadora puede pesar una media de entre uno y cinco miligramos, dependiendo de la especie.

En otoño, con las primera lluvias, los hormigueros entran en una actividad frenética, los machos y hembras (sexuados y con alas) salen masivamente y vuelan, algunos machos, en vuelo, se acoplan a las hembras y las fertilizan. Solo algún os machos tienen suerte de poder dejar descendencia, pero tanto esos como los que no han fertilizado mueren inevitablemente a las pocas horas de salir del hormiguero. Tanto en el aire como en tierra son devorados por pájaros, arañas y otros insectos como hormigas.  Las hembras fertilizadas en el “vuelo nupcial” caen al suelo, se desprenden de sus alas y buscan un lugar para esconderse, un lugar que puede ser bajo una piedra o en un pequeño agujero.

En el suelo también son atacadas por infinidad de enemigos. En el hueco elegido, pasan el invierno en inactividad, en primavera ponen los primeros huevos de los que saldrán las primera hormigas obreras que serán las encargadas de trabajar y garantizar la seguridad de la reina y del nuevo hormiguero. La reina vivirá varios años y ya siempre permanecerá en el hormiguero si salir, haciendo su función, poner nuevos huevos para que la colonia aumente y progrese.

Bibliografía: «Viaje a las hormigas». Edward O. Wilson y Bert Hoelldobler. Publica Universidad de Harvard. 1994.


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