Ronda

Numerosos especialistas participan en el XL congreso de la Sociedad Andaluza de Neurología que se ha clausurado hoy en Ronda

Las doctoras Ángela Ollero y Gloria Sanchís han sido las organizadoras de este encuentro médico y son neurólogas del Hospital Serranía de Ronda. Se ha celebrado en el Hotel Catalonia Reina Victoria

Las doctoras Angela Ollero y Gloria Sanchís han sido las organizadores del congreso y son neurólogas del Hospital Serranía de Ronda.

En epidemiologia descriptiva, parece que el ictus se está desplazando hacia personas más jóvenes, y que su incidencia y mortalidad tienen tendencia a disminuir, afortunadamente. En epidemiología  analítica, junto a los factores de riesgo más importantes para el ictus, que son la edad, la hipertensión arterial, la diabetes, las cardiopatías capaces de producir embolias -sobre todo la fibrilación auricular-, las hiperlipidemias, el tabaquismo, la obesidad y el sedentarismo-, emergen otros posiblemente de menos impacto y más difíciles de  objetivar, como el estrés, los trastornos del sueño -como el insomnio, el síndrome de piernas inquietas, y la apnea del sueño-, los tratamientos hormonales, las enfermedades buco-dentales, el consumo de determinados fármacos o drogas, según ha manifestado el doctor José Maestre en el XL congreso de la Sociedad Andaluza de Neurología (SAN), que ha finalizado hoy en Ronda.

Las doctoras Ángela Ollero y Gloria Sanchís han sido las organizadoras del XL Congreso SAN y son neurólogas del Hospital Serranía de Ronda. El encuentro médico ha tenido lugar en el Hotel Catalonia Reina Victoria.

Según el Plan Andaluz de Ictus, en Andalucía unos 14.000 personas al año sufren un ictus, siendo la Comunidad Autónoma con mayor mortalidad por ictus de España. “La mayoría de los pacientes con ictus sufre secuelas, que en el 40% de los casos inhabilitan para realizar las actividades cotidianas”.

De la identificación de la causa y mecanismo por el que se ha producido un ictus isquémico depende el tratamiento que se debe seguir para evitar su recurrencia. Un 70 % de ellos, aproximadamente, pueden asignarse a una causa o mecanismo concretos, sea la ateromatosis de arterias grandes del cuello o cerebro (25 %), a embolias de origen cardiaco (otro 25 %), y el resto a las enfermedades de pequeñas arterias cerebrales secundarias a la hipertensión o a la diabetes,o a causas infrecuentes identificables (disecciones arteriales, vasculitis, trombosis venosas…). Cada uno de estos tipos tiene una forma algo distinta y propia de prevención de nuevos ictus, por lo que es muy importante llegar a la máxima precisión.  En el ictus hemorrágico es también muy importante conocer el origen del sangrado (por hipertensión, aneurismas o malformaciones vasculares entre otros, pues cada causa necesita un manejo y un tratamiento distinto.

Como se desprende del párrafo anterior, aproximadamente un 30 % de los ictus isquémicos quedan como criptogénicos, o de causa desconocida.

Prevención y tratamientos futuros

Según el doctor Maestre, hay que mejorar y ampliar el arsenal de tratamientos farmacológicos y no farmacológicos (forma de vida y hábitos) preventivos, para el control de factores de riesgo (anticuerpos monoclonales para la hipercolesterolemia que no responde otros fármacos, por ejemplo), y para la prevención de tromboembolismos (antiagregantes y anticoagulantes)”. No obstante, los desafíos más en boga van en el sentido de extender el tratamiento revascularizador farmacológico o endovascular, con resultados ya espectaculares, y mejorar su seguridad y su eficacia.

Este tratamiento revascularizador habría que complementarlo con una neuroprotección que conserve intacto el cerebro hasta que se pueda conseguir la repermeabilización del tejido en riesgo, paso en el que hasta ahora no se han conseguido éxitos prácticos.

Ya  es una realidad el tratamiento mediante células madre en infartos cerebrales que ya se han producido, ha abierto otra puerta a la esperanza.

Una adecuada rehabilitación y manejo de las secuelas motoras, cognitivas y afectivas cierra el círculo hacia la reinserción familiar, social, y laboral cuando proceda.

“El ictus representa la segunda causa de muerte y la primera de discapacidad permanente en los adultos en los países occidentales, siendo la primera causa de mortalidad en España por entidades específicas en las mujeres y la tercera en varones”, según afirma el doctor Francisco Moniche en XL Congreso de la SAN clausurado hoy en Ronda.

A pesar de que las posibilidades de padecer un ictus aumentan considerablemente a partir de los 60-65 años y que con el envejecimiento va incrementándose de forma progresiva la posibilidad de padecerlo, “cualquier persona puede padecer un ictus, jóvenes o personas mayores, aunque hasta este momento se haya disfrutado de una vida plena”.

Sociedad Andaluza de Neurología

La SAN es una sociedad científica centrada en promover la investigación de las enfermedades neurológicas, algunas tan prevalentes como la migraña, la enfermedad de Alzheimer, la enfermedad de Parkinson o los  ictus, para encontrar la mejor forma de combatirlas.

Está presidida por el doctor Eduardo Agüera, neurólogo del Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba.

 

 


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