Cultura y Sociedad

Fauna de la Serranía de Ronda: Cuervo (Corvus corax), un ave muy inteligente pero rencorosa

Los cuervos siempre están asociados a la mitología popular, las tradiciones y hasta en los ritos religiosos. En Europa, su imagen acompaña a los malos presagios y la brujería

Ejemplar de un cuervo descansando en la Serranía de Ronda. Foto Andrés Rodríguez.

Orden Passeriformes; familia Corvidae.

Los cuervos siempre están asociados a la mitología popular, las tradiciones y hasta en los ritos religiosos. En Europa, su imagen acompaña a los malos presagios y la brujería, lo que, unido a su fama de predador de especies útiles para el hombre, ha propiciado su persecución. Sin embargo, el más grande de los Pájaros se comporta como una criatura adaptativa y hábil, capaz de aprovechar los más variados recursos y de instalarse en todo tipo de hábitats, a condición de que dispongan de lugares apropiados para nidificar.

Como ya he comentado es un ave grande con una longitud de entre 54-67 cm y una envergadura de 115-140 cm. Dentro de su anatomía destaca sobre todo el pico, notablemente largo, robusto y grueso. Posee un plumaje homogéneamente negro, con algunos brillos metálicos. El vuelo de este enorme pájaro es lento y suele intercalar aleteos con largos planeos, que el ave ejecuta gracias a sus largas alas apuntadas y a su cola en forma de cuña.

Tiene un canto de voz profunda, ronca y metálica, el cuervo utiliza como reclamo en vuelo muy grave, y como sonido de alarma emite un crack-crack-crack más rápido y duro. Como sucede habitualmente en la familia de los córvidos, es capaz de producir numerosos sonidos parecidos a parloteos cortos y roncos, con los que se comunica con otros ejemplares.

Un estudio, que analizó la conducta de un grupo de cuervos, asegura que pueden reconocer cuando alguien las ha engañado en un intercambio o interacción social y guardarle rencor. Esta investigación podría ayudar a entender un poco más la evolución de la inteligencia.
El estudio se llevó a cabo por un grupo de investigadores de la Universidad de Lund (Suecia) y la Universidad de Viena (Austria), y fue publicado en la revista científica Animal Behaviour.

El experimento consistía en el intercambio de un trozo de corteza de pan por un trozo de queso. Dos investigadores se posicionaron uno a cada lado de la jaula, uno de ellos le daba al cuervo el pan y el ave lo llevaba al otro, quien se lo intercambiaba por el queso. Esto era, para el cuervo, un intercambio justo y satisfactorio.

La segunda fase del experimento consistió en cambiar al responsable del queso por otra persona. Una vez el cuervo le llevaba el pan, ese investigador no le entregaba el queso sino que se lo comía.

Por último, alrededor de la jaula se posicionaron cuatro personas: una en un extremo (responsable de dar el pan al cuervo) y en la otra tres, entre los que se encontraba la persona que sí daba el queso, el que se la comía y otra persona completamente nueva y neutral para el ave. El cuervo en la mayoría de ocasiones decidió darle el pan a aquel que sí le entregaba el queso, demostrando que recordaba su rostro y que había sido engañado por el otro.

De las siete aves que participaron en el experimento, seis eligieron intercambiar con la persona “justa” y una con la neutral. Las otras dos aves que formaban parte del estudio se encontraban en la jaula como “observadores”, aunque en ningún momento influyeron en la decisión de los cuervos. “Esta clase de intercambios y cooperación es parte de la compleja vida social de los córvidos. Entre ellos, si un individuo apoya a otro esto afectará la forma en la que estos se apoyan y conviven durante un largo tiempo”.

El estudio estima que el cuervo puede recordar el rostro de quienes lo han engañado durante al menos dos años, aunque todavía no lo han podido demostrar. Además, Massen afirma que este tipo de comportamiento e inteligencia está presente en todos los miembros de la familia de aves de los córvidos y no solo en los cuervos.

En el pasado, otros experimentos demostraron que los cuervos pueden reconocer rostros humanos. Esta vez los investigadores han logrado probar que estas aves no sólo reconocen personas, sino que evitarán acercarse y relacionarse con aquellos que las hayan engañados.

Bibliografía: ww.seo.org, http://es.gizmodo.com


Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Te pedimos la "MÁXIMA" corrección y respeto en tus opiniones para con los demás

*