Cultura y Sociedad

Astronomía: Un eclipse para la historia

Un importantísimo eclipse total de Sol tendrá lugar este mes de agosto y, aunque no sea en nuestras latitudes, sí que ocurrirá en una gran franja de los Estados Unidos de Norteamérica

Aspecto de un eclipse total de Sol (Europa 11-08-1999).

Un importantísimo eclipse total de Sol tendrá lugar este mes de agosto y, aunque no sea en nuestras latitudes, sí que ocurrirá en una gran franja de los Estados Unidos de Norteamérica, por lo que se me ocurre llamarle «El eclipse de Donald Trump».

Y no es que Donald Trump vaya a sufrir un eclipse, ni vaya a ser eclipsado (al menos de momento) por ningún otro líder político mundial, ni insaciable magnate. pero sí que va a tratarse de un acontecimiento astronómico de primer orden, en el que ni este presidente (ni ningún otro) de los EE.UU. o de cualquiera otra potencia mundial, pueda «manipular» para que se produzca o deje de producirse. Sino que es una combinación o azar ineluctable, debido al continuo movimiento de los astros (en este coso: del Sol, la Tierra y la Luna).

Pero sí que puede ser usado en beneficio de la Ciencia en general (y la Astronomía en particular), ya que se trata de un fenómeno seguido por los científicos, astrónomos, aficionados y curiosos de todo el mundo, debido a lo especial y prestaciones de su observación, y a la rareza con que estos acontecimientos tienen lugar en una determinada zona del mundo ya que, aunque sin relativamente frecuentes (suelen darse 2 o 4 cada año), ocurren en zonas relativamente pequeñas de la superficie de nuestro planeta.

El eclipse del siglo 

En este caso, si bien no debería darse a éste el título de eclipse del siglo a nivel mundial, sí que lo es a nivel de los Estados Unidos. Y siendo este país uno de los más avanzados científica y tecnológicamente hablando, sí que tiene una gran significación y alcance global.

Este país se debe dar por muy satisfecho en el aspecto astronómico este año, puesto que la franja de totalidad del citado eclipse, atravesará todo su territorio, de noroeste a sureste y, debido a su gran extensión, aunque el tiempo meteorológico llegara a ser adverso, no va a ocurrir la mala suerte de serlo en toda su longitud. Y además durante una gran franja horaria dentro del país.

Precisamente, hace casi 100 años que no ocurría otro eclipse total de Sol, de similares características, en Estados unidos (exactamente el 8 de junio de 1918) y, después de éste de 21 de agosto de 2017, el próximo tendrá lugar el 8 de abril de 2024.

En España, al igual que el noroeste de África y oeste de Europa (éste de 2017), sólo será visible, como parcial (muy débil), a la puesta de sol, si exceptuamos Baleares y Cataluña. Mejor cuanto más al suroeste (Canarias). En Ronda, sobre las 20:45, hora local. USE GAFAS APROPIADAS.

Aprovéchenlo, habitantes de los EE.UU. y científicos, aficionados y curiosos de ese país, y del mundo entero que tengan ocasión, posibilidades e interés en desplazarse hasta allí. Y que el señor Trump ofrezca todas las posibilidades para que ello sea posible.

En el resto del mundo, podremos seguirlo en directo por Internet en diferentes sitios web. Nosotros recomendamos éste de la NASA:  https://eclipse2017.nasa.gov/

 Parámetros del eclipse 

La franja de totalidad (sombra de la Luna) tocará la superficie de nuestro planeta precisamente en el mar (Pacífico Norte), alrededor de las 16:50 UTC. Entrará luego en tierra, al noroeste de las Estados Unidos (estado de Oregón) a las 17:16 UTC, continuando por una serie de regiones del centro del país, en dirección noroeste-sureste, alcanzando el máximo en un punto del estado de Illinois, a la 18:25 UTC (máxima duración de la totalidad: 2 minutos y:40 segundos), hasta salir al Océano Atlántico por el estado de Carolina del Sur, a las 18:48 UTC. la Totalidad terminará finalmente en dicho océano al oeste del archipiélago de Cabo Verde (África), a las 20:03 UTC.

Dicha franja de totalidad tendrá una anchura media de unos 100 kilómetros, lógicamente más estrecha en los extremos y máxima en el centro.

Se deduce pues de estos datos, que el tiempo que transcurrirá desde el momento en que la sombra de la Luna toca la superficie de la Tierra, hasta que la abandona, es de alrededor de 3 horas y 13 minutos. Barriendo durante ese tiempo una distancia de más de 12.000 kilómetros.

Al norte, sur, oeste y este de la comentada franja de totalidad, el eclipse será visible como parcial, lógicamente mucho más notable cuanto más cerca a la umbra lunar.

Próxima racha en España 

Aun faltan unos años, pero habría que ir pensando ya en la racha de eclipses solares con que va a sorprender la Astronomía a España en la próxima década. Y es que los «hados celestes», se ha confabulado para obsequiar a nuestro país nade menos que con tres eclipses solares, y además, en años consecutivos.

En 2026 (12 de agosto), un eclipse total de Sol barrerá casi todo el norte y noreste de la Península, desde Finisterre hasta el Delta del Ebro, terminando en mitad del Mediterráneo, sin tocar Baleares.

En 2027 (2 de agosto), otro eclipse total de Sol pasará justo por mitad del estrecho de Gibraltar (atención a esta ciudad), rosando el extremo sur peninsular, desde Huelva hasta Almería, y las ciudades de Ceuta y Melilla, quedando Ronda prácticamente en el borde norte de la franja de totalidad (también aquí debemos prepararnos).

Y por último en 2028 (26 de enero), un tercer eclipse de Sol, esta vez anular, podrá ser observado como tal en prácticamente la mitad sureste de la Península, desde Huelva hasta Barcelona, terminando casi justamente en esta ciudad catalana.

Las Perseidas 2017

Y no olvidemos un año más la famosa y popular lluvia de estrellas de las Perseidas pues, aunque en los últimos años está siendo cada vez más débil, no dejan de ser muy socorridas, por la fecha del año en que tienen lugar, que invita a salir al campo por la noche. Para este año hay una previsión de unos 100 meteoros por hora en su mejor momento, entre los días 11 y 13 de agosto. La Luna, en cuarto menguante, deslucirá bastante el fenómeno.

Recordar que esta lluvia de estrellas debe su nombre a que el radiante está situado en la constelación de Perseo, y que también suele ser denominada «Lágrimas de San Lorenzo, por su proximidad a la festividad de este santo (10 de agosto).

 

 


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