Opinión

Un año de la moción del Tripartito; un año perdido

Este jueves día 16 de marzo se cumple el aniversario de la moción de censura que el PSOE, PA e IU pusieron contra la alcaldesa del PP, Maripaz Fernández, que gobernaba en minoría con 7 concejales tras haber sido el partido más votado en las elecciones municipales de 2015.

La entonces portavoz socialista y actual alcaldesa, Teresa Valdenebro, que sufrió un fuerte varapalo en las municipales al perder gran cantidad de votos, con el paso de los meses logró convencer al PA, mejor dicho al extinto PA, y a IU, para que le prestaran su apoyo para poder acceder al sillón.

Un proceso que fue intencionado, oscuro, oculto, rechazado por la opinión pública y con muchas mentiras a la ciudadanía.

Los primeros que incumplieron su palabra fueron los dos ediles de IU, que tras las elecciones municipales y por mandato de su asamblea, dijeron que a no ser que saltase un escándalo en el Ayuntamiento y fuese necesario intervenir, estarían en la oposición “que es donde nos han puesto los ciudadanos” hasta el final de la legislatura, Que sepamos en los primeros nueve meses de la legislatura no surgió ningún escándalo ni ninguna situación que reclamase un cambio de gobierno urgente. Vamos que se retrataron.

Carreño dijo por aquellos días en una entrevista en Diario Sur: “No pactaremos con personas vinculadas al caso Acinipo, ni con PP ni con PA”. Lo que hizo después fue todo lo contrario incumpliendo sus principios y su palabra, que un político es lo peor que puede hacer. Ya está señalado y ‘calado’.

Las ansias de poder, los sueldos, las prebendas y la falta de palabra imperaron en la asamblea de IU y propiciaron el cambio del gobierno local.

Mientras tanto, los reductos del PA, sobre todo su portavoz, Isabel Barriga, atendiendo a rencores personales y ganas de venganza, fueron los primeros en sumarse a la operación para desbancar a Fernández de la Alcaldía. Incluso Barriga fue la protagonista de pasillos, visitas a sedes y contactos y reuniones con directores de medios de comunicación para propiciar la salida de los populares del Gobierno local. Hay que recordar que Barriga y sus sumisos ediles gobernaron con el PP durante los cuatro años anteriores.

Un año de moción y los rondeños se preguntan pasado este tiempo: ¿para qué y por qué?

El portavoz de Alianza por Ronda, Antonio Marín, que en su día impulsó una moción de censura contra la socialista Isabel María Aguilera, siempre ha mantenido que cuando se da este paso tan importante es para “dar la vuelta al calcetín”, y dar un cambio radical a la ciudad. «Si quitas a los que están tienes que demostrar que eres mejor y apostar», es lo que siempre mantuvo cuando fue alcalde.

Sin embargo, los miembros del Tripartito no pueden decir que su entrada en el Gobierno local haya supuesto un cambio para mejor en la ciudad.

Repasando las noticias de este diario, así como en otros medios de la ciudad, podemos decir que ha sido un año perdido, en el que la falta de inversiones, de imaginación, de proyectos y, sobre todo de palabra, ha sido la tónica predominante.

El presupuesto municipal aprobado recientemente, además de ser una copia del que dejó el PP, no contempla inversiones para la ciudad, y además según las informaciones que barajamos podría ser impugnado. El Tripartito ha aprobado una subida de impuestos que afectará principalmente a empresarios y comerciantes de la ciudad, además de a las familias numerosas; la alcaldesa ha sido denunciada por la oposición por ocultar información pública; el nuevo hospital ha abierto con múltiples deficiencias, sin pasarela peatonal y sin estar a pleno rendimiento; mueren mujeres por violencia de género y no se convocan las protestas de repulsa aprobadas en Pleno por petición del PSOE; los vecinos se quejan por los recortes en las líneas de los autobuses urbanos; los oficiales de la Policía Local se quejan por la falta de promoción en el cuerpo y al tiempo se nombra a un jefe condenado y con una importante acusación pendiente de resolver; se descarta la elaboración del nuevo PGOU y se apuesta por el urbanismo a la carta; la ciudad sigue sin la pasarela turística en el Tajo; no se sabe nada de la supresión del paso a nivel de El Fuerte que fue conveniado con el Ministerio de Fomento; nada de la nueva estación de autobuses; el yacimiento de Acinipo cerrado la mitad de los días de cada mes; sin declararse al Tajo como Monumento Natural; las comunicaciones a Ronda están como están; sin ninguna inversión relevante de la Junta (el Hospital no cuenta porque los dineros se libraron en 2012), etc, etc.

En cuanto a los gastos superfluos que tanto denunciaba IU, decir que han seguido igual o peor. Baste recordar los más de 5.000 euros que se gastó el Tripartito en copas y canapés en la pasada Feria de Septiembre. Dijeron que los eliminarían y el pasado 28 de febrero se pulieron otros 800 euros en copas para celebrar el día de Andalucía. Por cierto es la primera vez que el Ayuntamiento ofrece un ágape en el día de todos los andaluces. Eso es contención del gasto.

Por destacar algunos aspectos positivos, decir que se han realizado obras de mejora en Las Peñas, avenida de Málaga, plaza del Ahorro y otras zonas que fueron programadas por el Gobierno del PP y financiadas por la Diputación.

También se acometió la mejora de las Murallas del Carmen, con un proyecto del Gobierno anterior y financiado por el Estado.

Y todo ello sin entrar a fondo en la falta de transparencia e igualdad de oportunidades a la hora de informar: Mientras que a algunos medios de la ciudad reciben jugosos contratos de publicidad, los que nos atrevemos a publicar estas cosas recibimos codazos y empujones.


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