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Una fotografía del biólogo y naturalista Andrés Rodríguez recibe el premio de Bio y Geodiversidad del Parque Natural Sierra de las Nieves

La imagen es de una planta en peligro de extinción, la Atropa baética, popularmente llamada Belladona andaluza o Tabaco gordo y ha sido incluida dentro del calendario de este parque

La fotografía de Andrés Rodríguez ha sido incluida en el calendario del Parque Natural Sierra de las Nieves.

La Junta Rectora del Parque Natural y Reserva de La Biosfera Sierra de Las Nieves edita todos los años un calendario en el que cada mes está representado por una foto que se elige por medio de un jurado y a la que otorgan un premio bien en la modalidad de Bio y Geodiversidad o en actividades humanas. Son pues seis los premios en cada una de las modalidades (tres premios y tres accésit en cada una).

Este año 2017 el jurado le ha concedido el primer premio en la modalidad de Bio y Geodiversidad, al biólogo y colaborador de Diario Ronda, Andrés Rodríguez, por una fotografía de una planta en peligro de extinción, la Atropa baética, popularmente llamada Belladona andaluza o Tabaco gordo, de la que en la Sierra de Las Nieves se conocen veinte poblaciones siendo el espacio protegido andaluz y de España donde más abundan estas raras plantas.

El premio ha consistido en un diploma y material de difusión y promoción del Parque Natural.

La foto muestra varias flores, hojas y frutos de la planta, fotografía obtenida en la Sierra de Las Nieves. Se da la paradoja que esta especie, que parece que nunca fue abundante empezó un declive muy peligroso para su supervivencia cuando se descubrió que era muy rica en alcaloides, entre ellos la “Atropina” usada para dilatar las pupilas. Afortunadamente esta sustancia que aún hoy en día se usa para esos fines terapéuticos se obtiene químicamente en laboratorio. El Tabaco gordo y su pariente cercano la Belladonna se han utilizado en la antigüedad con fines cosméticos, al dilatar las pupilas las mujeres de alta alcurnia se extendían esencias sacadas de esas plantas en los párpados para aparentar más nobleza ya que tenían la piel blanca y las pupilas dilatadas, es decir estaban siempre a la sombra, no como las mujeres de clase social inferior que tenían la tez morena por el sol y las pupilas contraídas por estar a la intemperie.

 


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