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Juanma Cortés: «Llegó un momento que ya no sudaba, no me quedaba líquido en el cuerpo»

El rondeño brilló en su estreno en la 31 edición de la Marathon des Sables, consiguiendo una más que meritoria 46ª posición, de los más de 1.200 participantes, y siendo el tercer mejor español clasificado. Por el desierto del Sahara, en régimen de autosuficiencia alimentaria, el corredor completó los 257 kilómetros de esta prueba por etapas consideradas las más duras del mundo

¿Qué valoración hace del maratón de las arenas?
Estoy muy contento con los resultados conseguidos y por tanto me llevo una valoración muy positiva. Viendo que era un novato en este tipo de pruebas, mi planteamiento era asegurar ya que después de toda la preparación y los esfuerzos hechos no quería tirar el trabajo por la borda ni llegar a tener que retirarme. Las etapas las he ido trabajando de menos a más, aunque podría haber ido mejor, pero partía de la idea que no era una lucha loca hacia posiciones delanteras porque no me atrevía e iba teniendo respeto por lo que me pudiese encontrar al ser mi primer año. Me ha salido muy bien para buscar lo que al final he conseguido, pienso que he ido por el camino correcto. Es importante en el deporte saber lo que quieres. Me he ido defendiendo por donde quería, si quieres más hay que trabajar más y arriesgar más, pero el apretar te puede llevar a tirar todo ese trabajo al traste.

En su estreno, en esa primera etapa ya sorprendió. Estuvo entre los 100 primeros clasificados, dentro del Top Ten de corredores españoles, y a partir de ahí se fue manteniendo. Seguramente haya vivido varios momentos duros…
La primera etapa, aunque parezca que no, ha sido durísima y además esta edición comentaban que ha sido la más dura de todas las disputadas por como se ha configurado el recorrido. Uno de los momentos más duros fue al comenzar la maratón, me impactó mucho, los tres primeros kilómetros en llano y de pronto te meten en las dunas más difíciles de atravesar de todo el desierto durante 12 kilómetros. Yo pensé si todos los días son así, ¿cómo aguanto yo? Y sobretodo al llevar la mochila cargada de kilos. A partir de ahí empiezas a acostumbrarte y a coger ritmo. Después claro, la cuarta etapa, la más larga de 84 kilómetros, en terrenos de desierto muy largos lo pasé mal, sufrí mucho porque hubo momentos en la parte alta del día que no se podía conseguir llegar de un lado a otro. Llegó un momento que ya no sudaba porque no me quedaba líquido en el cuerpo.

En la general masculina el 41 y teniendo en cuenta solo a los corredores nacionales, solo por detrás del reconocido atleta Chema Martínez (ello sin contar a la corredora Maciel Moura del sector femenino). Muy poca gente de la que se dedica a este deporte profesionalmente ha quedado delante de usted.
Había mucho nivel profesional o semiprofesional delante, había muy buenos atletas. Podríamos decir que están los equipos oficiales y después los privados. De estos últimos, en el que me incluiría yo, teníamos un grupito que éramos la delantera de los no profesionales e íbamos intentando ver como llegar a ellos. Un segundo puesto que para mi es un primero modesto, había una guerrilla porque justo detrás mía había otro español canario a nada de tiempo.

En cuanto a la comida, porque el participar en régimen de autosuficiencia alimentaria le imprime más dureza a la prueba, ¿ha pasado hambre o ese punto lo llevaba bien preparado? Porque al ser la primera vez quizá podría pecar de novato.
En comida no he pasado hambre, me hice mi planning de calorías e hice un cálculo perfecto. A mi me han sobrado kilos con respecto a compañeros, ellos llevaban aproximadamente un kilo y medio menos que yo, lo que ha llevado a que lo pasarán mal en algún momento. Había pecado de seguridad, el primer día me pesaba 8 kilos más dos litros de agua, eso es un mundo. Poco a poco, conforme pasaban las etapas fui aliviando. Me di cuenta el primer día que no podía ir a por el Top 20 porque con esa cantidad de kilos era inviable. Con dos kilos más en la mochila es imposible, hasta que no llegué a la cuarta etapa, la larga, la mochila me pesaba mucho y era ya algo más aceptable para mi cuerpo.

Una prueba de tal envergadura imagino que la organización no podía ser menor.
La organización es bestial, fuera de lo normal, con el presupuesto que hay la seguridad es absoluta en el desierto, estás siempre respaldado por policías, agentes de seguridad…Veías 50 médicos desde que llegábamos hasta la noche trabajando sin descanso. Todo eso tanto días previos, tanto en el traslado al desierto en caravanas de autobuses y en convoy, en el montaje de jaimas, etc. El personal iba carpa por carpa preguntando si había problemas o no, y en los puntos de avituallamiento aparte del agua había equipos médicos para hacerte electros, vías…de todo. Como tiene que ser, estamos en una zona que pueden pasar cosas complejas, un pequeño problema puede convertirse en un gran problema.

¿Qué le supone llevar esa camiseta de ‘finisher’ que solo la consiguen los que cruzan la línea de meta después de superar los 257 kilómetros?
Una ilusión y una alegría inmensa. El pode ponerme la camiseta y la medalla es una recompensa grandísima porque te tiras 24 horas funcionando para conseguir esa distinción. También es verdad que es dura porque además te vas a Marruecos dos días antes de empezar, se hace muy larga porque están en soledad y cambias de familia por decirlo de alguna manera. Te separas del mundo, pero al finalizar te llevas una satisfacción que ni te la crees.

Afrontó este reto como un sueño que tenía siempre, viendo como has terminado, ¿se plantea participar en la próxima edición de esta maratón?
Sería una segunda ilusión grandísima porque lo vería con otras miras, como por ejemplo las que tienen los corredores punteros, que miran aquello de otra manera, aunque allí es verdad que al relacionarte con ellos te metes en su pellejo y eres otro más. Escuché mucho decir a triatletas buenos que no iban a venir más, pero son momentos en caliente sobretodo cuando ves que estás sufriendo mucho. Estás rodeado de personas distintas que te llenan mucho, lo he vivido de esa manera, meterme en esos fregados a lo mejor económicamente no puedo hacerlo más. Uno tiene que organizar su vida familiar, laboral y verlo.

Ya que menciona el apartado económico. Sabemos que no ha contado con apoyos por parte de las administraciones y firmas comerciales. ¿Cuánto desembolso ha supuesto participar en Sables?
La inscripción solamente son 3000 euros y a eso tienes que sumarle el viaje, la preparación de la alimentación y el equipamiento. Había gente que llevaba sacos de hasta 500 euros, muchos llevaban cosas más técnicas que yo. Fácilmente se te puede ir a 4.000 o 5.000 euros el coste total.

La dureza del recorrido se ve en los videos, pero, ¿cómo influye el calor?
Muy seco, el día largo los termómetros marcaban 40 grados y se nota sobre todo en las dunas que se secaba el aire, pero no es lo mismo un desierto de piedra como el de Almería que el aire corre más que cuando entras en dunas. Se seca todo y se pasa mal porque no paras de beber y te quedas sin agua. No se me da mal, pero tampoco bien porque eso a nadie le viene bien, soy más sufridor y puedo aguantar mas el calor que otros y ahí empujo y lo he aprovechado.

Los 101 KM a la vuelta de la esquina, es el único rondeño vencedor de esta prueba, lo consiguió en 2014. ¿Estará presente?
Ahora mismo tengo mis dos dedos gordos destrozados, espero que se solucione, pero tengo que probar y echarme a rodar para ver como estoy. Antes de irme a Marruecos estaba dudando de sí participar o no, pero ahora puedo decir que sí, sino me ocurre nada de esta fecha a los días de la celebración. En cuanto a otras pruebas, me llamó un muchacho de Almería para ver si voy a ir al campeonato de 100 km en ruta y también para decirme que en noviembre se va a celebrar el mundial en grupos en España. Una prueba que estaba en mi mente y si es así incluso puede que tire por ahí.


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