Opinión

No estaba todo tan bien atado (Rafael Muñoz)

Sobre todo los que tenemos cierta edad, nos recordará el título de este artículo las palabras de Franco en los últimos años de su dictadura, de casi 40 años, en la década de los 70 del siglo pasado, cuando se refería a la situación en que dejaba las instituciones del Gobierno de España en aquella época.

Pero no me quería referir aquí a aquel escenario que, dicho sea de paso, tampoco estaba tan “bien atado”; afortunadamente, creo, puesto que permitió pasar de una dictadura totalitaria, a la monarquía democrática y parlamentaria que disfrutamos ahora (cuarenta años después), en donde las heridas de antaño deberían estar ya más que restañadas, por más que se empeñen algunos por reabrirlas en nuestros días, no sé con qué oscuros fines.

Me refiero a la actual Constitución Española, hecha con toda la buena voluntad de las cámaras legislativas de final de los años 70, constituidas por personas de diferentes ideologías políticas (algunas del anterior régimen y otras llegadas de un obligado exilio de cuatro décadas), y donde todos se respetaron, participaron y colaboraron.

Pero claro, nadie pensó entonces que se iba a dar una situación como la actual, en la que un gobierno iba a permanecer en funciones, después de unas elecciones generales, tanto tiempo como el presente (tres meses, y lo que quede), porque el Parlamento salido de las urnas no iban a ser capaces de constituir un nuevo gobierno con los resultados obtenidos.
Así, estamos en un compás de espera en que aparecen ciertas lagunas en la Constitución que, si bien para eso está el Tribunal Constitucional, para resolverlas, ello lleva su tiempo y sus trámites, y deberían estar resueltas de antemano.

¿Es lógico que un gobierno tenga que someterse al control de una Cámara que no lo ha elegido? Es prudente que el nuevo parlamento elabore leyes que tenga que ejecutar el antiguo Gobierno? Creo que todo ello se escapa, no ya a la legalidad, sino incluso al sentido común.
Esto es lo que está pasando en España desde el 20 de diciembre pasado. Y lo que al principio parecía que caminaba por un sendero donde todo estaba preestablecido (Jefatura del Estado, Cámaras del Congreso y del Senado, Gobierno en funciones, procesos de investidura de Presidente y formación de nuevo Gobierno, etc., se ve abocado últimamente a circunstancias imprevistas, en las que van apareciendo los vacíos legales que alberga nuestra Constitución.

Y mientras tanto, el pueblo llano de España sufre las consecuencias de una realidad ya enrarecida de antemano, sin que nadie pueda intentar remediarlas, por el impasse que estamos comentando.
Por otra parte tenemos el intento separatista de Cataluña, que no sabemos cómo va, pero seguro que avanzando, aprovechando la situación de desgobierno central. Se me viene a la memoria (claro está que guardando las distancias) la “marcha verde” sobre el Sáhara, cuando Franco estaba agonizando.

Pero hay más. A nivel internacional estaremos también sufriendo presiones económicas, tensiones políticas y tesituras sociales violentas, con actitudes prebélicas, que ni siquiera conocemos bien y a las que, lógicamente no puede hacer frente un gobierno en funciones que, por eso mismo, no cuanta con el apoyo de las cámaras legislativas.

Algo parecido pasa, pero de forma institucional, en Venezuela, donde los períodos de mandato de los poderes legislativo y ejecutivo no coinciden en el tiempo, y leyes emanadas de las Asambleas Parlamentarias son banas, al tener que ser ejecutadas, en teoría, por un ejecutivo ideológicamente contrario en muchas ocasiones, como el actual, presidido por Nicolás Maduro, militar que ostenta tanto la jefatura del Gobierno como la del Estado.

Volviendo a España, y para terminar. Aunque este artículo lo escribo el martes. Este ya pasado miércoles, cuando salga el periódico, se habrán reunido Pedro Sánchez y Pablo Iglesias (PSOE y Podemos), pero probablemente no habrán llegado a ningún acuerdo. Creo que es tiempo ya de que decidamos los ciudadanos en unas nuevas elecciones. Sabremos lo que hacer. Y sí, no estaba todo tan bien atado.


Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Te pedimos la "MÁXIMA" corrección y respeto en tus opiniones para con los demás

*